La hierba mortal puede darle a nuestra piel una segunda vida
Investigadores de la Universidad de Menji en Corea del Sur han utilizado con éxito sustancias de la planta Xanthium strumarium para curar heridas, proteger la piel de la exposición a los rayos UV y producir colágeno. Pero no están listos para compartir sus desarrollos con el resto del mundo, ya que aún no han podido encontrar la concentración óptima de la sustancia de partida. El hecho es que esta planta, conocida como cocklebur común, es extremadamente peligrosa y mortal por naturaleza.
En 2007, 75 personas en el norte de Bangladesh fueron envenenadas por el cocklebur cuando el hambre llevó al consumo de plántulas de cocklebur. Un poco más de la mitad de ellos se salvaron, porque el principio activo de la planta, el carboxiatractilósido, provoca náuseas, somnolencia e insuficiencia orgánica, lo que conduce a la muerte. Todos sufren: personas, ganado, aves de corral, etc., por lo que el cocklebur se reconoce como una maleza extremadamente peligrosa.

Por otro lado, esta planta se ha utilizado en la medicina china durante muchos siglos, y la ciencia moderna ha identificado 170 compuestos orgánicos potencialmente útiles con fines medicinales. Según un estudio realizado por científicos coreanos, la cizaña se recomienda como fuente de materia prima para cremas cosméticas, pero solo en combinación con otras sustancias como el ácido hialurónico o el retinoico.
La dificultad es que los científicos aún no saben cómo neutralizar los efectos letales del carboxyatractilósido. A su baja concentración, el efecto terapéutico se expresa débilmente, a una alta concentración existe el riesgo de daño hepático. Seleccionar la concentración óptima no es tarea fácil, pero la cizaña es buena porque, al igual que la mala hierba, crece en abundancia incluso en malas condiciones. Por lo tanto, la investigación continuará

