El gobierno de Estados Unidos ha otorgado contratos multimillonarios para crear ropa para espías. ¿Guerra Fría 2.0?
Informes de prensa recientes indican importantes inversiones por parte del gobierno estadounidense en la creación de tejidos inteligentes especiales. El proyecto IARPA recibe presión de agencias militares y de inteligencia. Los llamados “textiles inteligentes” les ayudarán a resolver problemas tácticos emergentes a un nivel más tecnológico. Según los expertos, se trata de la mayor inversión estadounidense en eTextile, aunque se trabaja en esta dirección desde hace décadas.
Está previsto lanzar la producción de toda una gama de prendas de vestir para las necesidades del ejército y los servicios especiales, capaces de grabar vídeo y audio, recopilar y enviar datos de geolocalización. Pueden ser pantalones, camisas, chaquetas e incluso ropa interior, aparentemente indistinguibles de las normales. Se basarán en tejidos inteligentes que se puedan lavar y planchar, tal como se hace con la ropa normal. El gobierno, según un informe de The Intercept, ya ha gastado alrededor de 22 millones de dólares en el proyecto IARPA.
Se espera que pronto se lancen los primeros lotes de ropa de “espía” en su marco. Para ello se han contratado varias empresas y centros científicos tan grandes como el Instituto Tecnológico de Massachusetts y Nautilus Defense. Los gastos significativos en investigación científica han sido durante mucho tiempo la norma para el ejército estadounidense, aunque sus avances no siempre despegan. Así, el Comando de Operaciones Especiales de EE.UU. durante 6 años, a partir de 2013, financió la creación de un traje de asalto ligero, gastando en él 80 millones de dólares. En 2019, el proyecto se suspendió y nunca se alcanzaron los objetivos previstos.