Jefe de la NASA acusó a China de militarizar en secreto el espacio bajo la apariencia de programas civiles.
Las relaciones entre Estados Unidos y China en el ámbito espacial han alcanzado un punto crítico, marcado por acusaciones mutuas y tensiones crecientes. Las declaraciones del director de la NASA, Bill Nelson, durante las audiencias parlamentarias han desencadenado un intercambio de acusaciones entre las dos potencias.
Nelson acusó abiertamente a China de utilizar programas espaciales civiles como fachada para militarizar el espacio. Sin embargo, estas afirmaciones fueron recibidas con escepticismo por parte de algunos observadores, quienes las interpretaron como un intento de justificar solicitudes de financiación adicionales para la NASA, que ascienden a casi 25,5 mil millones de dólares para 2025.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, respondió a las acusaciones de Nelson señalando que China está llevando a cabo esfuerzos normales y razonables para explorar el espacio exterior. Lijian también denunció las campañas periódicas de difamación organizadas por Estados Unidos contra China en este contexto.
Las tensiones se intensificaron aún más cuando Nelson expresó su preocupación por los planes de China de “apoderarse de los recursos lunares”, lo que, según él, contradice las obligaciones establecidas en el Tratado de la ONU sobre el espacio ultraterrestre de 1967. En respuesta, Nelson solicitó al Senado de EE. UU. financiación adicional para abordar estos desafíos.
Además, Nelson manifestó su descontento con los planes de China de enviar una misión tripulada a la Luna en 2030, argumentando que Estados Unidos debería ser la primera nación en lograr este hito histórico.
Estas disputas evidencian las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China en el ámbito espacial, con implicaciones que podrían afectar el equilibrio de poder en el escenario internacional.