¿Están los extraterrestres más cerca de lo que pensamos? Así lo piensa científico de Caltech

El profesor de astrobiología Jonathan Reynolds sostiene que los satélites helados de los gigantes gaseosos ofrecen un entorno propicio para el desarrollo de vida extraterrestre.

El debate sobre la existencia de vida extraterrestre ha tomado un giro inesperado gracias a una hipótesis intrigante presentada por el profesor Jonathan Reynolds, astrobiólogo del Instituto de Tecnología de California (Caltech). En una reciente entrevista con Science Today, Reynolds destacó que los satélites de Júpiter y Saturno, especialmente aquellos cubiertos de hielo, como Europa y Encelado, podrían ser las localizaciones más prometedoras para encontrar formas de vida fuera de la Tierra. Esta nueva teoría plantea la posibilidad de que, en lugar de buscar planetas similares a la Tierra, deberíamos enfocar nuestra atención en las lunas heladas de los gigantes gaseosos.

El potencial de las lunas heladas

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“Durante demasiado tiempo nos hemos centrado en planetas que son similares a la Tierra, y hemos pasado por alto el enorme potencial de las lunas heladas de nuestro sistema solar”, afirmó Reynolds durante la entrevista. A lo largo de décadas, los científicos han creído que las mejores oportunidades para encontrar vida extraterrestre se encontraban en planetas rocosos que orbitaban en la zona habitable de sus estrellas, donde el agua líquida podría existir en la superficie. Sin embargo, esta nueva hipótesis pone el foco en los océanos subterráneos que existen bajo capas de hielo en lunas como Europa, satélite de Júpiter, y Encelado, satélite de Saturno.

Europa, en particular, ha capturado la atención del profesor Reynolds debido a sus características únicas. Este satélite está cubierto por una gruesa capa de hielo, pero las observaciones realizadas por misiones anteriores han sugerido que debajo de esa corteza helada se encuentra un vasto océano de agua líquida. Según Reynolds, este océano podría contener compuestos orgánicos fundamentales para el desarrollo de la vida. Además, el profesor subrayó la importancia de los respiraderos hidrotermales, estructuras similares a las que existen en las profundidades de los océanos de la Tierra, las cuales proporcionan la energía necesaria para sostener ecosistemas enteros.

“Los respiraderos hidrotermales en el fondo del océano de Europa podrían ser el hogar de ecosistemas completos, alimentados por las interacciones químicas que ocurren en estos oasis submarinos, de la misma manera que ocurre en las profundidades marinas de la Tierra”, explicó Reynolds.

Evidencia indirecta: el caso de Encelado

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La hipótesis del profesor Reynolds no es solo teórica. Está respaldada por los recientes descubrimientos realizados por la sonda espacial Cassini durante su estudio de Encelado, una de las lunas heladas de Saturno. En 2018, Cassini detectó rastros de moléculas orgánicas en los géiseres que brotan desde el interior de Encelado hacia el espacio. Estos géiseres provienen de un océano subterráneo que se encuentra debajo de la superficie helada de la luna. Este hallazgo es una evidencia indirecta de que los océanos de Encelado podrían tener las condiciones necesarias para albergar vida.

“Este descubrimiento fue un gran avance”, dijo Reynolds. “Demostró que no solo Europa, sino también Encelado, tiene el potencial de albergar vida en sus océanos subterráneos. Las moléculas orgánicas encontradas en los géiseres sugieren que hay procesos químicos activos que podrían estar sosteniendo alguna forma de vida”.

Estos hallazgos han impulsado a científicos como Reynolds a replantear sus enfoques de investigación y considerar seriamente la posibilidad de vida en lugares previamente subestimados, como las lunas heladas de los gigantes gaseosos. Para muchos en la comunidad científica, la búsqueda de vida extraterrestre ha entrado en una nueva fase.

¿Qué sigue? Sondas espaciales para explorar los océanos de las lunas heladas

A raíz de estos descubrimientos, el profesor Jonathan Reynolds ha pedido una reorientación de los programas espaciales hacia la exploración de estas lunas heladas. Según el científico, la NASA y otras agencias espaciales deberían centrarse en el envío de sondas especializadas a Europa y Encelado para explorar más a fondo sus océanos subterráneos. La tecnología actual permite enviar instrumentos que podrían perforar las capas de hielo y estudiar directamente el agua subyacente en busca de signos de vida.

“Enviar una sonda a Europa para estudiar su océano subterráneo sería un avance monumental en la búsqueda de vida extraterrestre”, afirmó Reynolds. “Podríamos estar a punto de descubrir formas de vida que existan bajo el hielo, y esto cambiaría por completo nuestra comprensión del universo y nuestro lugar en él”.

La misión Europa Clipper de la NASA, programada para su lanzamiento en la próxima década, será un paso importante en esta dirección. Aunque esta sonda no está diseñada para perforar el hielo de Europa, sí tiene como objetivo mapear la superficie y estudiar las características del océano subterráneo. Esta misión podría proporcionar datos cruciales para futuras misiones que busquen explorar directamente las profundidades de las lunas heladas.

Conclusión: un nuevo enfoque en la búsqueda de vida

La teoría presentada por el profesor Jonathan Reynolds nos invita a repensar nuestra búsqueda de vida en el universo. En lugar de centrarnos exclusivamente en planetas similares a la Tierra, es hora de considerar seriamente el potencial de las lunas heladas, como Europa y Encelado, que podrían albergar océanos subterráneos con las condiciones necesarias para el desarrollo de vida.

Los descubrimientos realizados hasta la fecha, aunque no concluyentes, son lo suficientemente prometedores como para justificar una exploración más profunda de estos cuerpos celestes. Si bien la evidencia directa de vida aún no se ha encontrado, las moléculas orgánicas descubiertas en los géiseres de Encelado y la posibilidad de ecosistemas en los océanos de Europa sugieren que no estamos lejos de un gran descubrimiento.

La búsqueda de vida extraterrestre está en un punto crucial. A medida que las misiones espaciales se reorienten hacia la exploración de las lunas heladas de nuestro sistema solar, podríamos estar al borde de una revelación que cambiaría para siempre nuestra visión del universo y de nosotros mismos. ¿Están los extraterrestres escondidos bajo capas de hielo en lunas lejanas? Solo el tiempo, y futuras misiones, lo dirán.

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