Investigadores descubren pistas clave en un fenómeno que ha desconcertado a Estados Unidos desde los años 70.

Durante décadas, los ganaderos de Estados Unidos han vivido con un misterio aterrador: vacas encontradas muertas, mutiladas y sin una sola gota de sangre. Desde Kansas hasta Oregón, estos incidentes han generado todo tipo de teorías, desde visitas extraterrestres hasta la leyenda del Chupacabras. Sin embargo, nuevos hallazgos sugieren que la causa podría ser mucho más terrenal: una sofisticada red humana con motivos aún desconocidos.

Un Enigma que Perdura Desde los 70

El fenómeno comenzó a documentarse en la década de 1970, cuando el FBI reportó por primera vez casos de vacas mutiladas en Oklahoma y Nebraska. Para 1978, la agencia ya había investigado más de 10,000 casos, sin lograr identificar a los responsables. Las similitudes entre los incidentes eran alarmantes: órganos reproductivos extraídos con precisión quirúrgica, lenguas amputadas y ninguna señal de sangre en el área.

Colby Marshall, un ex ranchero de Oregón, ha llevado la investigación a un nuevo nivel. En 2017, encontró cinco toros mutilados con características similares y, desde entonces, ha postulado una teoría que desafía las explicaciones sobrenaturales. “No creo que los extraterrestres estén persiguiendo ganado en el este de Oregón”, afirmó en una entrevista con Fox News Digital.

Teorías Humanas: Una Red Sofisticada de Perpetradores

Marshall sostiene que estos crímenes son obra de humanos organizados, posiblemente miembros de una secta que realiza rituales con partes del ganado. Según su hipótesis, utilizan una toxina para inmovilizar a los animales, lo que explica la ausencia de lucha o resistencia. “Usan algún tipo de dardo que vuelve catatónico al animal”, explicó.

La ausencia de sangre en la escena es otro de los grandes enigmas. Marshall sugiere que los perpetradores extraen la sangre a través de la lengua, que luego se llevan como única evidencia forense. Además, sostiene que la precisión de las incisiones indica la participación de múltiples personas: mientras una sostiene la pierna del animal, otra realiza los cortes con extrema precisión.

Sin Evidencia de Sustancias Químicas

En un esfuerzo por encontrar respuestas, Marshall y su equipo tomaron muestras de sangre dentro de las primeras 24 horas posteriores a la muerte de los animales. Sorprendentemente, no encontraron rastros de sustancias químicas. Sin embargo, creen que esto podría deberse a que la toxina utilizada se metaboliza rápidamente en el torrente sanguíneo, haciendo imposible su detección.

A pesar de la fascinación pública con teorías alienígenas o mitos como el Chupacabras, las nuevas evidencias apuntan hacia un fenómeno mucho más inquietante: la posibilidad de que un grupo organizado esté detrás de estas mutilaciones. La falta de respuestas concretas por parte de las autoridades y la precisión quirúrgica de los crímenes solo añaden más incertidumbre.

El caso de las vacas mutiladas sigue siendo uno de los misterios más desconcertantes en la historia moderna de Estados Unidos. Aunque las explicaciones extraterrestres han capturado la imaginación pública, la evidencia sugiere una operación terrestre meticulosamente planeada. La comunidad ganadera sigue esperando respuestas definitivas, mientras investigadores como Colby Marshall continúan desentrañando las piezas de este oscuro rompecabezas.

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