Con múltiples drones detectados en Nueva Jersey y Nueva York, crecen las tensiones políticas, las teorías de conspiración y los llamados a la acción del gobierno federal.

En las últimas semanas, el noreste de Estados Unidos se ha convertido en el epicentro de un fenómeno intrigante: enjambres de drones no identificados han aparecido en diversas ubicaciones estratégicas, generando inquietud entre residentes y autoridades. Nueva Jersey, en particular, ha sido testigo de un número creciente de estos avistamientos, lo que ha llevado al gobernador del estado, Phil Murphy, a solicitar la intervención directa del presidente Joe Biden.

La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, también ha manifestado su preocupación tras un incidente reciente en el Aeropuerto Internacional Stewart, donde la actividad de drones provocó el cierre temporal de una pista, calificando el evento como “inaceptable”. Por su parte, figuras políticas, tanto locales como nacionales, han aportado sus propias teorías y demandas sobre cómo abordar esta situación, mientras que las autoridades federales insisten en que no existe una amenaza concreta.

Un fenómeno en expansión: Drones sobre Nueva Jersey y Nueva York

El fenómeno comenzó a mediados de noviembre, cuando residentes de Nueva Jersey informaron por primera vez sobre la presencia de drones cerca del río Raritan. Desde entonces, los avistamientos se han multiplicado en diversas áreas, incluyendo el Arsenal Picatinny, un importante centro de investigación militar, y Bedminster, hogar del club de golf del expresidente Donald Trump.

En Nueva York, la situación alcanzó un punto crítico el viernes pasado, cuando un grupo de drones sobrevoló el Aeropuerto Internacional Stewart, causando interrupciones en el tráfico aéreo. Este evento llevó a Hochul a exigir acciones inmediatas del gobierno federal. “Esto ha ido demasiado lejos. La seguridad aérea no puede verse comprometida por este tipo de actividades”, declaró la gobernadora.

Respuestas de las autoridades: calma, pero sin soluciones claras

A pesar de la creciente preocupación pública, el Pentágono y la Casa Blanca han reiterado que estos drones no representan una amenaza inmediata para la seguridad nacional o pública. Pat Ryder, portavoz del Departamento de Defensa, enfatizó que no hay evidencia que sugiera que los drones tengan vínculos extranjeros, como se ha insinuado en algunos círculos políticos.

“No estamos lidiando con tecnología extranjera. Nuestros análisis hasta ahora indican que estos drones no están alineados con actores internacionales como Rusia o China”, aseguró Ryder.

John Kirby, portavoz de seguridad de la Casa Blanca, también intentó disipar los temores al señalar que no hay pruebas de actividades maliciosas. “Seguimos monitoreando de cerca, pero no hemos encontrado indicios de que estas operaciones sean parte de un plan hostil o criminal”, afirmó.

Política y especulación: acusaciones y teorías sin fundamento

El fenómeno ha abierto la puerta a especulaciones y declaraciones polémicas. El expresidente Donald Trump no tardó en intervenir a través de su red social, Truth Social, acusando al gobierno de ocultar información al público. “Ellos saben más de lo que admiten. Si no quieren decirnos la verdad, ¡dispárales!”, escribió Trump, generando reacciones divididas.

Por otro lado, el congresista republicano Chris Smith señaló, sin pruebas, que los drones podrían estar vinculados a gobiernos extranjeros, específicamente Rusia o China. Estas afirmaciones fueron rápidamente desmentidas por las agencias de seguridad nacionales, que insisten en que no hay vínculos con actores externos.

El FBI y la búsqueda de respuestas

El Buró Federal de Investigaciones (FBI) también ha iniciado su propia investigación, instando al público a proporcionar cualquier evidencia disponible, como grabaciones de video o fotografías de los drones avistados.

“Queremos comprender el origen de estos drones y determinar si existe alguna intención maliciosa detrás de su operación. Apreciamos cualquier información que pueda ayudarnos en este esfuerzo”, indicó un representante del FBI.

Posibles explicaciones y desafíos

Expertos en tecnología y seguridad aérea han planteado varias teorías sobre el origen de los drones, desde actividades de aficionados hasta pruebas no autorizadas de nuevas tecnologías. Sin embargo, el hecho de que algunos drones hayan sido observados cerca de instalaciones militares sensibles ha complicado la situación.

Por otro lado, Mitch Horowitz, autor del libro Alien Encounters: Fact or Fiction, opinó sobre el fenómeno, señalando que la incertidumbre alimenta tanto la paranoia como las teorías conspirativas. “No podemos descartar la posibilidad de que simplemente estemos frente a una tecnología avanzada aún no identificada. Sin embargo, la falta de transparencia de las autoridades no ayuda a calmar las inquietudes”, afirmó Horowitz.

La creciente actividad de drones en Nueva Jersey y Nueva York sigue siendo un misterio. A pesar de los esfuerzos combinados del gobierno estatal y federal, no se han encontrado respuestas definitivas sobre el origen o propósito de estos dispositivos.

Mientras tanto, las interrupciones causadas, como el cierre de pistas aéreas y la cercanía a instalaciones críticas, subrayan la necesidad de una regulación más estricta y mejores capacidades de monitoreo. A medida que las investigaciones continúan, el fenómeno destaca las limitaciones actuales en la gestión de tecnologías no identificadas en el espacio aéreo estadounidense.

El misterio en los cielos del noreste de Estados Unidos sigue abierto, dejando en suspenso a un público dividido entre la intriga y la preocupación.

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