El Enigma de Alamogordo: Sargento de la Fuerza Aérea Asegura Encuentro Cercano con OVNI
Charles L. Moody relata un impactante contacto extraterrestre en el desierto de Nuevo México.
En la madrugada del 13 de agosto de 1975, el sargento de la Fuerza Aérea Charles L. Moody vivió un encuentro que cambiaría su vida. Mientras observaba una lluvia de meteoritos en el desierto de Alamogordo, Nuevo México, un objeto brillante y metálico con forma de disco apareció en el cielo y descendió a una distancia de unos 300 pies de donde se encontraba. Lo que comenzó como una noche tranquila de observación astronómica terminó con un relato inquietante de contacto extraterrestre.
Un OVNI y una noche inolvidable
Eran aproximadamente las 1:15 a.m. cuando Moody avistó el objeto, que medía unos 15 metros de largo y seis de ancho. La nave se tambaleaba sobre su eje mientras descendía lentamente, deteniéndose a solo 70 pies de su posición. Desde su coche, el sargento observó una ventana rectangular en la nave, detrás de la cual se proyectaban sombras con formas humanoides.
Un zumbido agudo llenó el aire, y Moody sintió un entumecimiento extendiéndose por su cuerpo antes de perder la conciencia. Cuando despertó, el OVNI ascendía rápidamente hasta desaparecer en el cielo. Lo más desconcertante fue descubrir que el reloj marcaba las 3:00 a.m., lo que indicaba una inexplicable pérdida de tiempo de 90 minutos.
Recuerdos ocultos y autohipnosis
Días después del incidente, Moody comenzó a experimentar dolores en la parte baja de la espalda y un extraño sarpullido en la parte inferior del cuerpo. Con la intención de entender lo ocurrido, recurrió a la autohipnosis, logrando recuperar fragmentos de sus recuerdos.
Según sus relatos posteriores, fue abordado por dos seres altos, vestidos con trajes negros ajustados. Tras un breve forcejeo, quedó inconsciente y se despertó dentro de la nave. Allí, el líder de los extraterrestres, que se distinguía por su baja estatura y un traje plateado, le comunicó telepáticamente que no sería lastimado si permanecía tranquilo.
Moody fue sometido a un procedimiento con un dispositivo en forma de varilla que aliviaba su parálisis. Luego, los ocupantes de la nave le mostraron su tecnología, incluyendo un complejo sistema de propulsión. Durante el recorrido, percibió un olor dulce y sofocante, y se le informó que la nave nodriza estaba a miles de kilómetros de la Tierra.
Detalles contradictorios en la narrativa
Aunque el relato de Moody ha sido respaldado por un análisis de estrés psicológico que indica veracidad, algunos investigadores, como Jim Lorenzen, han señalado inconsistencias. Por ejemplo, en un relato inicial, Moody ubicó la nave nodriza a 400 millas sobre la Tierra, pero posteriormente dijo que estaba a 6,000 millas. Asimismo, describió a los extraterrestres como “frágiles” en un momento, y como figuras de seis pies de altura en otro.
A pesar de estas discrepancias, el caso de Moody sigue siendo uno de los encuentros más documentados de la época y continúa alimentando debates sobre la posibilidad de vida extraterrestre.
El relato de Charles L. Moody resalta las complejidades de los encuentros extraterrestres: experiencias que combinan elementos fascinantes con interrogantes difíciles de resolver. Si bien hay puntos cuestionables, su testimonio sigue siendo un ejemplo emblemático de los posibles contactos entre humanos y seres de otros mundos. Este incidente, casi medio siglo después, continúa siendo un enigma que desafía la comprensión humana.
Referencias:
Margaret Sachs: The UFO Encyclopedia: Perigee Book, Putnam’s Sons, New York 1980, p.10
Bibliography: Lorenzen, Coral and Jim, ‘Abducted: Close Encounters of a Fourth Kind’ (New York: Berkley Publishing Corporation, 1977)