Estados Unidos y los OVNIs: Revelaciones Explosivas sobre Interferencias de UAP en Pruebas de Misiles

Nuevas pruebas apuntan a encubrimientos en incidentes clave durante la Guerra Fría

En un desarrollo que sigue alimentando el debate sobre los fenómenos anómalos no identificados (UAP, por sus siglas en inglés), documentos desclasificados y testimonios de oficiales militares han revelado que el gobierno de los Estados Unidos tenía conocimiento de UAP acompañando pruebas de misiles durante la década de 1960. Este artículo desglosa los eventos, los sistemas involucrados y las posibles razones detrás del continuo encubrimiento, ofreciendo una mirada profunda a uno de los misterios más duraderos de la era espacial.

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El informe se encuentra en la página 37 del resumen del comandante Vandenberg sobre los lanzamientos de misiles Atlas de 1963 a 1964.

Eventos clave: UAP en pruebas nucleares y de misiles

Entre los casos más destacados se encuentra el incidente del misil Atlas 8F el 19 de septiembre de 1962, y el aparente derribo de un fenómeno aéreo no identificado (FANI) durante la prueba nuclear Bluegill Triple Prime el 26 de octubre del mismo año. Sin embargo, el relato que más ha capturado la atención es el del teniente Bob Jacobs, quien filmó un evento extraordinario el 15 de septiembre de 1964 durante una prueba del programa del Sistema de Reingreso Balístico Avanzado (ABRES) en la Base Aérea Vandenberg, California.

Jacobs describió cómo un objeto desconocido, capturado por un telescopio orticón especializado, interfirió directamente con el vehículo de reentrada (RV) del misil Atlas D. Según el teniente, su oficial superior lo interrogó y le ordenó “nunca volver a hablar de ello”. Aunque las imágenes grabadas permanecen clasificadas en los Archivos Nacionales, nuevos informes técnicos apuntan a desinformación deliberada sobre los sistemas de guía implicados, levantando sospechas sobre un posible encubrimiento.

Análisis técnico: Encubrimientos detrás de los sistemas de guía

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Un informe analizado por liberationtimes detalla cómo los sistemas de guía utilizados en el misil Atlas D—particularmente el Sistema de Seguimiento por Radio de General Electric (GERTS)—fueron señalados como la causa del comando de apagado automático “Apagar todos los motores” (AECO) durante el vuelo. Sin embargo, documentos oficiales confirman que las balizas de velocidad de los sistemas GERTS habían sido desactivadas para 1964, lo que descarta esta explicación.

El teniente Jacobs y el mayor Florenze Mansmann sostienen que la verdadera causa fue la interferencia de un UAP durante la separación del vehículo de reentrada. La complejidad del incidente sugiere que atribuir el fallo a un sistema desactivado fue una estrategia para evitar investigaciones costosas y modificaciones a la flota de misiles Atlas.

Evidencias de un encubrimiento

Los detalles técnicos del informe de 1964 respaldan los testimonios de Jacobs, particularmente sobre las condiciones inusuales observadas en el vuelo:

  • Apagado prematuro de motores: Los motores Vernier se apagaron 18,4 segundos antes de lo previsto, dejando al RV sin la velocidad necesaria para alcanzar su trayectoria.
  • Separación anómala del RV: El vehículo de reentrada se desprendió solo 3,05 segundos después del corte de motores, una maniobra que resultó en un vuelo inestable y posiblemente en su destrucción.
  • Inexactitudes en los sistemas de seguimiento: Las discrepancias en los datos de los sistemas MOD III y GERTS reflejan fallos técnicos que parecen haber sido intencionalmente malinterpretados en el informe oficial.

El despliegue prematuro del vehículo de prueba Graphite y la cápsula científica a bordo del misil también apunta a un fallo sistemático que coincide con el relato de Jacobs sobre la intervención de un UAP.

¿Por qué se mantiene el secreto?

Pese a la desclasificación parcial de documentos, las imágenes grabadas por Jacobs siguen siendo clasificadas, lo que ha generado especulaciones sobre el alcance real del encubrimiento. Algunos expertos sugieren que la divulgación completa podría implicar un reconocimiento oficial de la existencia de tecnología no terrestre, con implicaciones profundas para la seguridad nacional y la percepción pública.

Además, la estrategia de desinformación puede haber sido una herramienta para proteger el avance de los programas de misiles y evitar el escrutinio público. Los sistemas de guía MOD III y GERTS, por ejemplo, desempeñaron un papel crucial en los primeros esfuerzos espaciales y militares de Estados Unidos, y cualquier falla significativa podría haber socavado la confianza en estos programas.

El caso del teniente Bob Jacobs y las pruebas de misiles en la Base Aérea Vandenberg son un ejemplo paradigmático de cómo los fenómenos anómalos no identificados han desafiado los límites de la tecnología militar y la transparencia gubernamental. Con cada revelación, el misterio se profundiza, dejando una pregunta fundamental: ¿qué sabe realmente el gobierno sobre los UAP y por qué lo mantiene en secreto?

A medida que más documentos son desclasificados y los testigos rompen su silencio, el panorama se vuelve más claro pero también más inquietante. ¿Estamos preparados para enfrentar la verdad que estas revelaciones podrían traer?

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