El Enigma del Cielo de Chile: El día que un objeto volador no identificado apareció sobre San José de Maipo

El 2 de abril de 1950, la tranquilidad de San José de Maipo se vio interrumpida por un fenómeno celeste que capturó la atención de decenas de vecinos. Durante tres horas, un objeto brillante y estático, descrito como “similar a una estrella”, permaneció visible en el cielo, generando especulaciones sobre la presencia de un “disco volador”. El suceso, reportado en su momento por el Diario La Nación, reunió testimonios de pobladores y una explicación oficial que intentó disipar el misterio.

El Avistamiento

Según los relatos recogidos, el fenómeno fue observado entre las 10:00 y las 13:00 horas en dirección oeste, hacia Santiago. La primera testigo, la señora María Escobar, alertó a su esposo, Pedro Andrade, y a varios niños, quienes a su vez convocaron a otros vecinos. Entre los observadores figuraron nombres como Manuel Vergara Peña, Segundo Olguín Rosas, Francisco Salinas Marchant y el jefe de correos local, Manuel Bassaletti, junto a su ayudante Juan Godoy Chávez.

Los testimonios coincidieron en describir el objeto como pequeño pero intensamente luminoso, visible incluso bajo la luz del día. Su aparente inmovilidad y resplandor llevó a muchos a asociarlo con los famosos “discos voladores”, un término popularizado en la época por reportes similares en Estados Unidos.

La Investigación

Ante la conmoción, corresponsales de La Nación se trasladaron al lugar para verificar los hechos. Al mirar hacia el cielo, confirmaron la presencia de un punto brillante, aunque no pudieron determinar su naturaleza. Sin embargo, la intervención del párroco local, Félix Berríos Droguet, aportó una explicación científica: según él, se trataba del planeta Venus.

El sacerdote, conocedor de astronomía, argumentó que Venus, al ser un planeta más joven que la Tierra, mantiene una superficie incandescente que refleja la luz solar con mayor intensidad, lo que lo hace visible incluso en pleno día. Esta teoría, aunque plausible, no convenció a todos los testigos, algunos de los cuales insistieron en que el objeto no se comportaba como un astro convencional.

El incidente quedó registrado como uno de los primeros avistamientos de fenómenos aéreos inusuales en Chile, en una época marcada por la creciente fascinación global por los OVNIs. Aunque la explicación astronómica del párroco buscó calmar los ánimos, la falta de consenso entre los testigos dejó espacio para la duda y la especulación.

 

Referencia 

Diario La Nación, 2 de Abril de 1950. Padilla, Corresponsal. 

 

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