¿Vino la vida del espacio? Descubren moléculas orgánicas complejas en una protoestrella que podrían explicar el origen de la vida en la Tierra
Científicos hallan “semillas de la vida” en un disco protoplanetario, sugiriendo que los ingredientes esenciales para la vida podrían ser comunes en el universo
Un equipo internacional de investigadores ha descubierto moléculas orgánicas complejas en el disco de polvo y gas que rodea a la protoestrella V883 Ori, un hallazgo que podría redefinir nuestra comprensión sobre el origen de la vida en la Tierra y su posible existencia en otros rincones del cosmos. El estudio, publicado en The Astrophysical Journal Letters, revela que estos compuestos prebióticos —precursores de azúcares, aminoácidos y, en última instancia, de proteínas y ADN— pueden sobrevivir a las violentas fases de formación estelar, lo que incrementa las posibilidades de que la vida sea más abundante en el universo de lo que se creía.
El eslabón perdido entre el espacio y la vida
Durante décadas, los científicos han debatido si los componentes esenciales para la vida se formaron directamente en la Tierra o si llegaron aquí a bordo de cometas y meteoritos. Estudios previos ya habían detectado moléculas orgánicas en nubes interestelares y cometas, pero faltaba evidencia concluyente de que estos compuestos pudieran resistir las condiciones extremas de la formación estelar.
El nuevo estudio, liderado por astrónomos que utilizaron el telescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) en Chile, demuestra que moléculas como el metanol, el acetaldehído y el formiato de metilo —bloques químicos fundamentales para la vida— no solo están presentes en la nube molecular que da origen a V883 Ori, sino que también logran persistir en el disco protoplanetario que eventualmente formará planetas. Esto sugiere que, en lugar de “reiniciarse” durante la fase violenta de nacimiento de una estrella, estas moléculas son heredadas por los sistemas planetarios en formación.
Implicaciones para la vida en otros planetas
El hallazgo refuerza la teoría de la panspermia, que postula que los ingredientes de la vida pueden viajar por el espacio y “sembrar” planetas habitables. Si moléculas complejas pueden sobrevivir a la radiación intensa y los choques térmicos de una protoestrella, aumentan las probabilidades de que existan en otros sistemas solares, incluso en aquellos con condiciones inicialmente hostiles.
“Esto nos dice que los ladrillos de la vida son más resistentes de lo que pensábamos”, explicó la Dra. María José Maureira, coautora del estudio. “Si estos compuestos pueden integrarse en discos protoplanetarios y luego en planetas, la vida podría surgir en cualquier lugar donde se den las condiciones adecuadas”.
V883 Ori: Un laboratorio natural para estudiar el origen de la vida
La elección de V883 Ori como objeto de estudio no fue casual. Esta joven estrella, ubicada a unos 1.300 años luz de la Tierra, está experimentando un violento estallido de energía que calienta su disco protoplanetario, haciendo que el hielo que contiene las moléculas orgánicas se sublime y libere gases detectables por ALMA. Este fenómeno permitió a los científicos rastrear la composición química del disco con una precisión sin precedentes.
Los investigadores compararon las firmas químicas de V883 Ori con las de cometas en nuestro sistema solar, encontrando similitudes sorprendentes. Esto respalda la idea de que los materiales que dieron origen a la vida en la Tierra podrían haber llegado desde el espacio exterior, integrados en cuerpos celestes que impactaron nuestro planeta en sus etapas tempranas.
El descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento sobre los procesos químicos en el universo, sino que también abre nuevas vías para la búsqueda de vida extraterrestre. Si las moléculas orgánicas complejas son comunes en discos protoplanetarios, es plausible que sistemas planetarios jóvenes —incluso aquellos alrededor de estrellas diferentes al Sol— puedan albergar los ingredientes necesarios para la vida.
Los próximos pasos incluyen estudiar más protoestrellas y discos protoplanetarios para determinar si este fenómeno es la norma o una excepción. Con telescopios más avanzados, como el próximo Extremely Large Telescope (ELT), los científicos esperan mapear la distribución de estas moléculas con mayor detalle, acercándonos cada vez más a responder una de las preguntas más antiguas de la humanidad: ¿estamos solos en el universo?
Referencia
Estudio “A deep search for Complex Organic Molecules toward the protoplanetary disk of V883 Ori“