El subsuelo de Marte revela su último secreto: Un mundo habitable oculto en cuevas y acuíferos fosilizados

Nuevas investigaciones geológicas redefinen la búsqueda de vida extraterrestre, apuntando a refugios subterráneos donde el agua persistió miles de millones de años después de la desecación superficial.

Marte, el planeta rojo y árido que hoy contemplan nuestras sondas, esconde bajo su polvorienta superficie un pasado acuoso más complejo y duradero de lo que se creía. Lejos de la narrativa de un mundo que se secó de forma abrupta, una nueva e innovadora investigación sugiere que el agua subsuperficial continuó fluyendo y modelando el terreno mucho después de que sus océanos y lagos desaparecieran. Este hallazgo no solo reescribe la historia geológica marciana, sino que señala con precisión inédita los santuarios donde la vida, de haber existido, pudo encontrar su último refugio: las cuevas kársticas y los poros de rocas impregnadas por antiguas aguas subterráneas.

Un Archivo Geológico en el Cráter Gale

El rover Curiosity de la NASA, que desde 2012 explora el cráter Gale, ha sido fundamental para este descubrimiento. Los datos recabados sobre las antiguas dunas de arena que bordean la montaña central del cráter, el Monte Sharp, revelaron un proceso de fossilización único. Según un estudio liderado por Dimitra Atri, investigadora principal del Laboratorio de Exploración Espacial de la Universidad de Nueva York en Abu Dabi (NYUAD), estas dunas no se convirtieron en roca simplemente por compactación. En cambio, fueron cementadas por la acción de agua subterránea que, proveniente de las elevaciones cercanas, se filtró a través de grietas microscópicas, empapando la arena desde sus bases.

Para descifrar este proceso marciano, el equipo de Atri realizó una comparación terrestre sin precedentes, analizando muestras minerales formadas en condiciones desérticas análogas en la Península Arábiga. La similitud fue sorprendente: en ambos planetas, la interacción del agua con los minerales de la arena dio lugar a la formación de yeso y otros compuestos. Estos minerales son cruciales, ya que actúan como cápsulas del tiempo naturales, con una capacidad excepcional para atrapar y preservar materia orgánica durante eones.

Marte Húmedo: Una Despedida Prolongada

“Nuestros hallazgos demuestran que Marte no pasó simplemente de ser húmedo a seco”, afirmó la Dra. Atri. Esta declaración contradice la visión simplista de la transición marciana. La investigación, publicada en la Journal of Geophysical Research—Planets, postula que, incluso después del colapso de su atmósfera y la evaporación de sus masas de agua superficial, el planeta mantuvo una actividad hidrológica residual a profundidades de varios metros. Este sistema de acuíferos someros y flujos subsuperficiales creó una red de micro-hábitats potencialmente habitables, protegidos de la letal radiación solar y de las extremas fluctuaciones térmicas de la superficie.

Este escenario prolonga significativamente la ventana de habitabilidad de Marte, sugiriendo que las condiciones capaces de albergar vida microbiana persistieron durante un periodo mucho más largo del que los modelos anteriores estimaban. La búsqueda de biofirmas, por tanto, debe ampliar su foco más allá de los lechos de lagos secos y dirigirse hacia estos entornos freáticos fosilizados.

Las Cuevas Kársticas: Los Santuarios Definitivos

Paralelamente a este hallazgo, otro estudio ha identificado un tipo de formación geológica nunca antes observada con claridad en Marte: las cuevas kársticas. En la Tierra, estas cuevas se forman cuando el agua ácida disuelve rocas solubles como la piedra caliza, el yeso o la dolomita, creando vastos sistemas de cavernas subterráneas. La evidencia sugiere que en Marte, el agua subsuperficial pudo haber disuelto rocas carbonatadas y sulfatadas, dando lugar a cavidades similares.

Estas cuevas representan el entorno ideal en la búsqueda de vida extraterrestre. Sus entornos están escudados de las tormentas de polvo globales, amortiguan las temperaturas extremas y ofrecen una protección casi total contra la radiación ionizante que esteriliza la superficie. Para cualquier forma de vida microbiana, pasada o presente, estas cavernas habrían sido el refugio perfecto. Además, su potencial utility se extiende a la exploración humana futura, ya que podrían servir como hábitats naturales pre-protegidos para los primeros astronautas que pisen el planeta.

Reorientando la Búsqueda

La conjunción de estas investigaciones marca un punto de inflexión en la astrobiología. La nueva imagen de Marte que emerge es la de un mundo con una historia hídrica compleja y un subsuelo geológicamente activo mucho después de su muerte clínica superficial. Los lugares prioritarios para la exploración ya no son solo los deltas fluviales fosilizados, sino también las rocas porosas impregnadas de yeso y, sobre todo, las prometedoras entradas a cuevas kársticas. Misiones como las del rover Rosalind Franklin de la Agencia Espacial Europea o futuras misiones de retorno de muestras están ahora armadas con un mapa del tesoro revisado, que guía la búsqueda de la respuesta a una de las preguntas más profundas de la humanidad hacia las profundidades ocultas del Planeta Rojo.

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