La Ciencia se Enfrenta a lo Desconocido: Un Llamado a Incluir los Testimonios de Encuentros Cercanos en la Investigación de UAP
Expertos en Global Policy argumentan que la investigación sobre Fenómenos Anómalos No Identificados debe trascender los datos de sensores y abrazar un enfoque holístico que incorpore las experiencias humanas directas, décadas después de su estigmatización.
Durante décadas, el discurso oficial sobre los objetos voladores no identificados (OVNIs), ahora rebautizados bajo el acrónimo más técnico de FANIs (Fenómenos Anómalos No Identificados), se ha centrado predominantemente en datos radar, videos militares y testimonios de pilotos. Sin embargo, un artículo de opinión publicado en la prestigiosa revista Global Policy está desafiando este paradigma. Un grupo multidisciplinario de académicos aboga por una reorientación radical: es hora, argumentan, de que la investigación científica y política considere seriamente los relatos de aquellos que afirman haber tenido encuentros cercanos, una dimensión del fenómeno históricamente relegada al margen y al ridículo.
El trabajo, titulado “Más allá del sensor: La necesidad de una epistemología inclusiva para el fenómeno FANI”, es autoría de Karin Austin del Centro para lo Imposible de la Universidad Rice, Michael Bohlander de la Universidad Durham y Kimberly S. Engels de la Universidad Molloy y el Instituto John Mack. Su tesis central postula que un enfoque exclusivamente tecnocrático es insuficiente para comprender un fenómeno que, en una proporción significativa de casos, se manifiesta a través de experiencias humanas profundas y anómalas.
Un Cambio de Paradigma en la Comunidad Internacional
El contexto para este llamado no podría ser más oportuno. En los últimos años, se ha producido un cambio sísmico en la actitud gubernamental, particularmente en Estados Unidos. Audiencias en el Congreso, la desclasificación de informes y el reconocimiento público de programas de investigación antes secretos han sacado el tema de los confines de la especulación fringe y lo han colocado en el escenario de la política de seguridad nacional. Esta tendencia tiene eco a nivel global: Japón evalúa su participación oficial, Canadá planea un sistema nacional de reportes y China emplea inteligencia artificial en el rastreo de estos fenómenos.
Simultáneamente, la comunidad científica está comenzando a abordar el tema con renovado vigor interdisciplinario. Simposios en instituciones de renombre, como el celebrado en la Universidad de Durham, demuestran una apertura sin precedentes. No obstante, los autores señalan una inconsistencia fundamental: mientras se analizan los datos físicos, se ignora sistemáticamente la vasta base de testimonios sobre encuentros cercanos, un área que ellos denominan de “extrañeza extrema”.
La Dimensión Olvidada: Testimonios de Experiencias Anómalas
La crítica más contundente del artículo se dirige al enfoque actual, que prioriza los aspectos técnicos y militares. Los investigadores destacan la existencia de miles de personas, a menudo denominadas “personas que han tenido experiencias paranormales”, que reportan encuentros que desafían las categorías científicas convencionales. Estos relatos, que se remontan a décadas e incluyen narrativas sobre abducciones, comunicación con entidades no humanas e intervenciones físicas, han sido tradicionalmente desestimados bajo explicaciones psicológicas como la parálisis del sueño o el condicionamiento cultural.
Sin embargo, los autores subrayan que estas explicaciones psicológicas, si bien plausibles en casos individuales, no han logrado ofrecer un consenso convincente para la totalidad de los fenómenos reportados. La obra del psiquiatra de Harvard John E. Mack, quien dedicó años a estudiar a personas que afirmaban haber sido abducidas, concluyó que estos individuos no mostraban signos de patología mental y, por el contrario, a menudo exhibían un profundo proceso de transformación personal. Instituciones como el Centro para lo Imposible y el Instituto John Mack continúan esta labor, documentando casos y proporcionando un marco de apoyo a los afectados.
Impacto Psicológico e Injusticia Epistémica
Más allá de la validez de las experiencias, el artículo enfatiza las consecuencias reales para quienes las relatan. Los estudios modernos, citados por los autores, no encuentran una mayor prevalencia de enfermedades mentales en este grupo en comparación con la población general. No obstante, enfrentan un alto nivel de estrés psicosocial derivado del estigma, el aislamiento y la descalificación sistemática de su testimonio, una situación que los filósofos identifican como “injusticia epistémica”.
Paradójicamente, de estas experiencias traumáticas a menudo emergen cambios positivos. Muchos “experiencers” reportan una agudizada conciencia ecológica, una reorientación de sus valores personales y una perspectiva filosófica expandida que cuestiona los límites convencionales entre la conciencia, la materia y la realidad.
El artículo en Global Policy no busca probar el origen extraterrestre o interdimensional de los FANIs. Su objetivo es más fundamental: abogar por la integridad del proceso de investigación. Los autores concluyen que ignorar los testimonios de encuentros cercanos no es un acto de rigor científico, sino de prejuicio. Una investigación que aspire a ser verdaderamente comprehensiva debe incorporar estas voces, no como meras anécdotas, sino como una fuente de datos crucial que podría contener la clave para entender la naturaleza completa de un fenómeno que, por definición, desafía nuestra comprensión actual del mundo. La ciencia del mañana, sugieren, podría depender de su capacidad para escuchar lo que hoy se considera inaudible.
