Revelación Extraterrestre: El exfuncionario del Pentágono Lue Elizondo advierte sobre el riesgo geopolítico de la divulgación de UAP: ¿Podrían China o Rusia superar a EE.UU. en la revelación extraterrestre?
Lue Elizondo, exfuncionario del Pentágono, analiza las consecuencias diplomáticas y de seguridad si potencias rivales anuncian primero la existencia de fenómenos aéreos no identificados.
En un contexto donde los fenómenos aéreos no identificados (UAP, por sus siglas en inglés) han pasado de ser tema de ciencia ficción a objeto de investigaciones gubernamentales serias, surge una preocupación estratégica: ¿qué ocurriría si naciones como China o Rusia tomaran la iniciativa en revelar información clasificada sobre estos eventos? Esta interrogante fue explorada en una reciente entrevista en “The Good Trouble Show“, donde Lue Elizondo, antiguo director del Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas del Pentágono, ofreció perspectivas reveladoras sobre las implicaciones para Estados Unidos.
Elizondo, con una extensa trayectoria en inteligencia militar, participó en un diálogo con el presentador Matt Ford, quien planteó un escenario hipotético pero plausible. Ford cuestionó el impacto reputacional si el presidente chino Xi Jinping declarara públicamente que su país ha poseído tecnología relacionada con UAP desde la década de 1950, acusando simultáneamente al gobierno estadounidense de ocultar la verdad al mundo durante más de ocho décadas. Esta posibilidad no solo cuestionaría la credibilidad de Washington, sino que podría alterar el equilibrio de poder global en términos de innovación tecnológica y percepción pública.
Según Elizondo, la divulgación por parte de un adversario geopolítico no sería un proceso sencillo. Explicó que, una vez admitida la realidad de los UAP, inevitablemente surgirían preguntas subsiguientes sobre el origen y el conocimiento derivado de estos fenómenos. “¿Fuiste tú quien volaba esto? ¿Lo ingenieraste inversamente o eres tú quien ahora está operando esta tecnología sobre nuestro espacio aéreo controlado?”, ilustró Elizondo, destacando cómo tales interrogantes podrían escalar tensiones internacionales. Mencionó violaciones potenciales a tratados globales, como las Convenciones de Ginebra y normas de derecho internacional, convirtiendo la revelación en un “baile de dos pasos” diplomático cargado de evasivas.
El experto enfatizó que programas de recuperación de crashes y ingeniería inversa no son exclusivos de EE.UU. Documentales y reportes indican que tanto China como Rusia mantienen iniciativas similares, lo que añade complejidad al panorama. Elizondo comparó la situación con una “pendiente resbaladiza”, donde admitir la existencia de UAP obliga a revelar avances tecnológicos derivados, posiblemente exponiendo capacidades militares sensibles. Desde la perspectiva estadounidense, esto representaría un desafío significativo, ya que obligaría a una respuesta pública en un terreno incierto, similar a maniobras evasivas en una escena de acción cinematográfica.
Más allá de las repercusiones diplomáticas, Elizondo subrayó el riesgo para la seguridad nacional. Si un rival revela primero, podría posicionarse como líder en el entendimiento de tecnologías avanzadas, potencialmente derivadas de UAP, lo que afectaría alianzas internacionales y la confianza en las instituciones estadounidenses. Este debate se enmarca en un creciente escrutinio público sobre UAP, impulsado por audiencias congresionales y desclasificaciones parciales del Pentágono, que han revelado incidentes inexplicables en cielos controlados.
En conclusión, las advertencias de Elizondo resaltan la urgencia de una divulgación controlada y transparente por parte de EE.UU. para mitigar daños reputacionales y mantener una ventaja estratégica. En un mundo interconectado, donde la información es poder, retrasar la revelación podría ceder terreno a competidores, transformando un misterio científico en una crisis geopolítica. Este análisis invita a reflexionar sobre la necesidad de colaboración internacional en temas que trascienden fronteras nacionales.