La Ciencia rompe el silencio: Coalición europea presiona para financiar investigación sin estigma sobre el fenómeno UAP

Científicos y organizaciones de 12 países instan a la Comisión Europea a garantizar la libertad académica en el estudio de fenómenos anómalos no identificados, señalando el prejuicio como un obstáculo para la competitividad científica del continente.

En un movimiento sin precedentes que busca redefinir los límites de la investigación científica en Europa, una coalición transnacional de investigadores y organizaciones especializadas en Fenómenos Anómalos No Identificados (FANIs, también conocidos por el acrónimo en inglés UAP) ha intervenido formalmente en la legislación científica de la Unión Europea. El pasado 15 de septiembre de 2025, la Coalición UAP de los Países Bajos presentó una respuesta articulada y conjunta a la consulta pública de la Ley del Espacio Europeo de Investigación , un documento rubricado por 24 expertos y entidades de una docena de naciones. Esta acción colectiva no solo marca un hito en la búsqueda de legitimidad para este campo de estudio, sino que sitúa el “estigma” como una barrera sistémica que la propia ley debe desmantelar para cumplir sus objetivos de innovación y excelencia.

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Un Estigma Sistémico como Barrera Científica

El núcleo del argumento presentado ante la Comisión Europea es contundente: el estigma social y académico asociado al estudio de los FANIs actúa como un freno directo a los pilares fundamentales del Espacio Europeo de Investigación. Según el documento, este prejuicio disuade activamente a científicos, especialmente a jóvenes investigadores y académicos en etapas tempranas de su carrera, de explorar un campo considerado de alto riesgo para su reputación y progreso profesional. Esta autocensura, sostienen, priva a Europa de potenciales avances en áreas fronterizas de la física, la sensorística, la ciencia atmosférica y la psicología cognitiva.

La coalición detalla cómo este clima de desaprobación tácita se traduce en obstáculos concretos. Se limita el acceso a infraestructuras de investigación críticas, como radares avanzados, satélites o instalaciones de supercomputación, para proyectos relacionados con FANIs. Asimismo, se dificulta la movilidad de investigadores y la formación de consorcios colaborativos internacionales, elementos clave en la estrategia ERA. El documento advierte que, al marginar áreas de investigación emergentes y no convencionales, Europa podría estar cediendo ventaja competitiva a otras regiones donde el estudio de estos fenómenos se aborda con menos prejuicios institucionales y mayor apertura, como ha sido señalado en recientes desarrollos políticos y científicos en Estados Unidos.

Propuestas Concretas para una Ciencia Abierta y Valiente

Más allá del diagnóstico, la retroalimentación propone un marco de acciones específicas para integrar en la Ley ERA. Entre las medidas clave se encuentran la inclusión de cláusulas que promuevan explícitamente la investigación científica de mente abierta en temas complejos y de alto impacto. Se sugiere el desarrollo de directrices antiestigma para los organismos de financiación, asegurando que las evaluaciones se centren en el rigor metodológico y no en el tema de estudio. Otras propuestas incluyen crear líneas específicas de financiación exploratoria para campos marginados, fomentar redes de investigación inclusivas e interdisciplinarias que conecten a físicos, informáticos, psicólogos y expertos en ciencias sociales, y garantizar un acceso equitativo a las infraestructuras de investigación de la UE para proyectos que cumplan con los criterios de excelencia científica, independientemente de su temática.

La iniciativa destaca el creciente papel de la sociedad civil organizada en la configuración de la política científica. La Coalición UAP de los Países Bajos, con el apoyo activo de plataformas como UAP Check —que jugó un rol decisivo en reclutar y coordinar a varios de los firmantes—, demuestra una capacidad de incidencia política sofisticada. Este lobby científico profesionalizado busca transitar desde los márgenes del debate académico hacia el corazón de la legislación que regulará la ciencia europea en los próximos años. El texto completo de la retroalimentación está disponible públicamente en el portal de consultas de la Comisión Europea, asegurando transparencia en el proceso.

La intervención coordinada de esta coalición europea de FANIs representa más que una petición sobre un tema específico; es un caso de estudio sobre cómo la ciencia confronta y busca superar sus propios tabúes a través de los mecanismos formales de la política. Al enmarcar el “estigma” como una barrera cuantificable para la innovación y la competitividad, los firmantes colocan la pelota en el tejado de los legisladores comunitarios. La pregunta ahora es si la Ley del Espacio Europeo de Investigación, diseñada para unificar y potenciar la ciencia en el continente, tendrá la amplitud de miras necesaria para proteger y fomentar la investigación en sus fronteras más controversiales, entendiendo que el progreso científico a menudo avanza desde lo marginal hacia lo central. La respuesta definirá el carácter de la libertad académica en Europa para la próxima década.

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