A los primeros visitantes del Coliseo les encantaba picar frutas y perros estofados.

Un grupo de arqueólogos dirigido por Federica Rinaldi resumió los resultados del primer estudio de prueba de las alcantarillas del Coliseo romano. Este edificio único, que hasta el día de hoy sigue siendo el anfiteatro más grande del mundo, tenía una arquitectura muy compleja. En particular, todo el espacio debajo del escenario principal se llenó de jaulas de animales, salas técnicas y los objetos más importantes para un espacio público diseñado para 50.000 visitantes: letrinas.

Los robots utilizados en el estudio no lograron avanzar más de 70 m a lo largo de la antigua alcantarilla, pero encontraron muchos artefactos curiosos en ella. Entre ellos se encuentran monedas, incluidas las costosas de plata, numerosos excrementos petrificados y, lo más importante, los huesos de pequeños animales. Si los restos de cerdos y pollos no suscitaron dudas entre los científicos, la abundancia de huesos de perro los desconcertó. Según una versión, los perros podían usarse para alimentar a los grandes depredadores, contra los que luego luchaban los gladiadores. Por otro lado, la carne de perro podría ser un análogo barato de la comida callejera para los pobres: el Coliseo se creó originalmente con la expectativa de que fuera visitado por todos los segmentos de la población.

kolizej 2CpV A los primeros visitantes del Coliseo les encantaba picar frutas y perros estofados.

De momento, los científicos no tienen un consenso sobre la dieta de los espectadores del Coliseo, salvo que era muy diversa. Los restos sobrevivientes contienen rastros de frutas, bayas, nueces, verduras frescas y cocidas, algunas versiones de pasteles y pizzas y varias carnes. Los científicos han llegado a la conclusión de que la comida rápida en la antigua Roma era tan popular como lo es ahora, y a la mayoría de los espectadores en el Coliseo les gustaba disfrutar del pan y el circo al mismo tiempo.

  ¿Te gusto la noticia? compártela en tus redes sociales.
error: