Ballenas jorobadas crean espectáculo geométrico en la Antártida
En las vastas extensiones de la Antártida, donde la naturaleza despliega su grandiosidad en cada rincón, un fotógrafo y guía polar, Piet van den Bemd, capturó un espectáculo verdaderamente extraordinario: dos majestuosas ballenas jorobadas coordinando sus movimientos de una manera sorprendentemente matemática mientras se alimentan.
Armado con un dron y una pasión por la exploración, Van den Bemd registró imágenes impresionantes de estos cetáceos en plena acción. Lo que descubrió dejó al mundo boquiabierto: las ballenas estaban desplegando el famoso patrón matemático conocido como la espiral de Fibonacci.
Watch these humpback whales create a stunning Fibonacci spiral to capture prey https://t.co/gZThuAcJMT pic.twitter.com/7mYKIsuods
— CBS Sacramento (@CBSSacramento) January 10, 2024
¿Cómo lo hacen? Durante su técnica de alimentación, estas criaturas marinas colaboran entre sí de manera sorprendente. Se sumergen con gracia en las profundidades del océano y, utilizando sus espiráculos, generan burbujas que forman un cerco estratégico alrededor de sus presas, como un ballet coordinado en las profundidades.
Esta estrategia, conocida como alimentación con redes de burbujas, es una demostración de la increíble cooperación entre las ballenas jorobadas. Trabajando en equipo, confinan a los peces y al krill en áreas más compactas, facilitando su captura.
Van den Bemd describe este proceso como una danza armoniosa en las redes sociales, destacando la sofisticada colaboración que estas ballenas emplean para alimentarse y sobrevivir en las aguas heladas del Polo Sur. Además, las burbujas no solo sirven como herramienta de caza, sino también como medio para disuadir a posibles competidores.
Estos magníficos mamíferos marinos no solo nos asombran con su elegante danza bajo el agua, sino que también nos recuerdan la belleza y complejidad del mundo natural que nos rodea. Cada vez que observamos la geometría perfecta de la espiral de Fibonacci en las burbujas del océano, somos testigos de la maravilla y la sabiduría de la naturaleza en su máxima expresión.