Historias de OVNIs: Caso #ovni de Lonnie Zamora en 1964, Socorro, Nuevo México. Policía avista un extraño objeto volador en las afueras de la ciudad

El 24 de abril de 1964, Socorro, Nuevo México, el oficial de policía Lonnie Zamora estaba solo en su patrullero de la policía en las afueras de la ciudad, persiguiendo a un conductor a exceso de velocidad cuando escuchó un rugido y notó una llama en el cielo a cierta distancia.

Pensando que una choza local podría haber explotado, interrumpió la persecución y fue a investigar. Al acercarse a la escena, vio lo que tomó por un auto volcado y dos personas vestidas con overoles blancos parados junto a él. Uno de ellos lo vio y pareció sobresaltado. Maniobró más cerca, con la intención de prestar ayuda y salió de su patrulla justo cuando nuevamente escuchó un rugido, de tono bajo al principio, cada vez más fuerte y cambiando a una frecuencia más alta. El objeto arrojaba una llama azul-naranja desde su parte inferior y se elevaba en el aire.

Al darse cuenta de que el objeto no era un automóvil volcado, Zamora notó que tenía una superficie lisa y brillante, como el aluminio, pero no tan parecida a un espejo como el cromo. Tenía forma ovalada, con cuatro puntales de aterrizaje cortos y sin ventanas ni puertas discernibles. Divisó una insignia roja en medio del objeto. Mientras aún estaba en el lugar inmediatamente después de su encuentro, logró hacer un boceto rápido del símbolo.

Zamora comenzó a huir de la escena por temor a que el fuerte sonido o la llama pudieran ser peligrosos. Se agachó detrás de una elevación a unos 50 pies de su patrulla estacionado, bajó la cabeza y la cubrió de manera protectora con sus manos, pero miró hacia arriba cuando ya no escuchó el estruendo. El objeto se alejaba de él, flotando a unos 15 pies del suelo, antes de elevarse rápidamente hacia el cielo y atravesar el país a toda velocidad.

Zamora volvió a su coche patrulla y pidió ayuda por radio. Otro oficial pronto se unió a él y los dos inspeccionaron el sitio, encontrando matorrales aún ardiendo. El oficial asistente señaló la presencia de nuevas hendiduras en el suelo. Otros policías llegaron poco después y también observaron la vegetación humeante. Posteriormente se recolectaron muestras de arena que parecían haber sido fundidas por el calor para su análisis en la Universidad de Nuevo México, al igual que dos muestras de material orgánico recuperado que posteriormente no pudieron ser identificadas.

A raíz de su encuentro, el oficial Zamora examina la huella dejada en el suelo por una pista de aterrizaje.

Zamora caracterizó las dos figuras que había visto junto al objeto como anodinas y pequeñas, como niños. Solo captó ese único y breve vistazo de ellos. Más tarde, al informar que había escuchado un sonido como el de una escotilla cerrándose justo antes de que la nave comenzara su despegue, supuso que los había sorprendido y que rápidamente regresaron al interior de la nave y partieron.

Los testigos corroboraron el relato de Zamora en la medida en que informaron haber visto un objeto en el aire con forma de huevo, la llama distintiva, y habían escuchado el fuerte rugido en la misma vecindad y aproximadamente al mismo tiempo que Zamora.

Las investigaciones del incidente por parte de oficiales de la Fuerza Aérea y organizaciones civiles de ovnis no pudieron explicar satisfactoriamente lo que había visto Zamora. El informe del Libro Azul, aunque descartó una explicación extraterrestre, no llegó a conclusiones, y afirmó que “la Fuerza Aérea continuaba su investigación y el caso aún está abierto”.