“China quiere cazar extraterrestres” El radiotelescopio más sensible del mundo realiza la búsqueda más profunda hasta la fecha
FAST, el Ojo de China en el Cosmos, Escruta TRAPPIST-1 en Busca de Civilizaciones Extraterrestres
En una de las iniciativas de búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) más ambiciosas y tecnológicamente avanzadas de la historia, un equipo de astrónomos chinos ha dirigido el poderío del radiotelescopio FAST, apodado el “Ojo del Cielo”, hacia TRAPPIST-1, un sistema estelar que alberga siete mundos potencialmente habitables. Aunque la búsqueda no ha detectado transmisiones alienígenas, el riguroso análisis establece un hito crucial, descartando la presencia de civilizaciones emisoras de radio intensas y demostrando la capacidad de China como potencia líder en la exploración científica del cosmos.
El sistema planetario TRAPPIST-1, una enana roja ubicada a aproximadamente 40 años luz de la Tierra en la constelación de Acuario, se ha erigido como uno de los objetivos primordiales para la astrobiología. Sus siete planetas, de tamaño similar al nuestro y con al menos tres ubicados dentro de la denominada “zona habitable” –donde las temperaturas podrían permitir la existencia de agua líquida–, lo convierten en un laboratorio natural ideal para la búsqueda de vida.
Liderados por el científico Guang-Yuan Sun de la Universidad de Dezhou, el equipo empleó el Radio Telescopio de Apertura Esférica de Quinientos Metros (FAST) para realizar una observación ultra-sensible. Este coloso tecnológico, con su plato de 500 metros de diámetro, es el instrumento más potente y con mayor capacidad de captación de señales débiles del mundo. El estudio se centró en el rango de frecuencias entre 1,05 y 1,45 GHz, un ancho de banda tranquilo y propicio para las comunicaciones interestelares, ya que está relativamente libre de interferencias naturales del cosmos.
La innovación de esta campaña residió en su resolución espectral sin precedentes. Los investigadores no solo buscaban cualquier señal de radio, sino específicamente emisiones de banda extremadamente estrecha que variaran su frecuencia de manera predecible debido al efecto Doppler causado por el movimiento orbital de los planetas. “Buscábamos firmas tecnológicas inequívocas. Una señal que se desplaza de forma coherente con el tránsito de un mundo es un indicador potente de un origen artificial, imposible de replicar por fenómenos astrofísicos conocidos”, explicó el equipo en su informe, publicado en el repositorio arXiv.
Tras un meticuloso análisis de los datos recabados, el silencio fue el resultado. No se identificaron señales que cumplieran con los estrictos criterios de artificialidad. No obstante, en el ámbito de la ciencia, un resultado negativo es tan valioso como uno positivo. Esta no-detección permite imponer límites rigurosos: en TRAPPIST-1 no existe, al menos por ahora, una civilización que esté transmitiendo potentísimas señales de radio en la banda estudiada y de manera direccional o omnidireccional detectable desde la Tierra.
El trabajo del equipo chino trasciende la mera búsqueda. Consolida a FAST como una herramienta fundamental para SETI y marca el inicio de una era en la que China desempeña un papel protagónico en la respuesta a una de las preguntas más profundas de la humanidad: ¿estamos solos en el universo? La caza continúa, ahora con instrumentos más afinados y un mapa estelar que, aunque silencioso por el momento, sigue siendo el más prometedor para encontrar, eventualmente, a un vecino cósmico.