Cientos de estrellas por cada grano de arena”: La astronauta australiana que inspira a explorar lo desconocido

Katherine Bennell-Pegg reflexiona sobre la inmensidad del cosmos y el papel de la humanidad en su exploración
Piensa en cada pequeño grano de arena que yace en las playas de la Tierra. Según cálculos científicos, hay cerca de 200 sextillones de granos, un número tan vasto que escapa a la imaginación. Ahora, por cada uno de ellos, podría haber incluso más estrellas en el universo.

Es una reflexión que acompaña a Katherine Bennell-Pegg, la primera astronauta australiana, en su trabajo diario. Como pionera en su campo, Bennell-Pegg participa activamente en misiones que buscan responder a una de las preguntas más trascendentales de la humanidad: ¿estamos solos en el universo?

En la reciente conferencia South by Southwest en Sídney, la astronauta de 39 años compartió ideas fascinantes sobre la vida extraterrestre, la astrobiología y el papel de la humanidad en el descubrimiento del cosmos.

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Vida en el universo: ¿Una certeza matemática?

Bennell-Pegg no duda en afirmar: “Definitivamente hay extraterrestres ahí fuera”. Aunque aclara que no cree que caminen entre nosotros, sostiene que la vastedad del universo y la abundancia de elementos necesarios para la vida hacen casi inevitable que existan formas de vida más allá de nuestro planeta.

“Todos los ingredientes esenciales para la vida son los más comunes en el universo”, explicó. Hasta ahora, hemos identificado casi 6,000 exoplanetas gracias a telescopios espaciales, muchos de ellos situados en lo que se considera una zona habitable, donde podría existir agua líquida.

Lo que realmente cautiva a la astronauta es la posibilidad de hallar vida más cerca de casa, dentro de nuestro propio sistema solar. Destacó misiones como Europa Clipper, que explorará las lunas de Júpiter en busca de océanos bajo capas de hielo, y las investigaciones en Marte, donde se buscan vestigios de vida pasada o presente.

Explorar lo desconocido: La aventura de ser astronauta

Katherine Bennell-Pegg es una figura inspiradora no solo por su papel como astronauta, sino también como madre y profesional que ha dedicado su vida a la ciencia y la exploración. Su carrera comenzó con un sueño de infancia: mirar las estrellas y preguntarse qué más hay allá afuera.

Graduada en Ingeniería Aeronáutica y Física Avanzada por la Universidad de Sídney, Bennell-Pegg ha trabajado en Europa en proyectos que abarcan desde misiones espaciales hasta tecnologías para eliminar escombros orbitales. En 2023, se graduó de su entrenamiento básico en la Agencia Espacial Europea (ESA), logrando calificaciones para participar en misiones a la Estación Espacial Internacional (ISS).

A lo largo de su carrera, Bennell-Pegg ha acumulado experiencias únicas. Recordó con emoción la primera vez que trabajó en un proyecto destinado al espacio: “Fue un sueño hecho realidad. Pero cada vez que alcanzo un logro, encuentro nuevas metas que me motivan”.

Riesgos y retos: Los peligros de explorar el espacio

Aunque el espacio es un lugar de maravillas, también está lleno de desafíos. Bennell-Pegg mencionó uno de los mayores problemas actuales: los desechos espaciales.

“Si un astronauta fuera golpeado por un fragmento durante una caminata espacial, sería devastador”, advirtió. Este creciente problema amenaza no solo la seguridad de las misiones, sino también el uso futuro del espacio para el beneficio de la humanidad.

Otro desafío inesperado es el arte de comer en el espacio. Por ejemplo, alimentos que producen migas, como el pan, están prohibidos debido al riesgo de que partículas flotantes dañen equipos o causen problemas a los astronautas. Sin embargo, Bennell-Pegg expresó su deseo de llevar Vegemite, un clásico australiano, al espacio.

Inspirando a futuras generaciones

Para Katherine Bennell-Pegg, explorar el cosmos no es solo una carrera, sino una misión para inspirar. Destacó la importancia de fomentar la curiosidad científica en los niños, recordando cómo su propio amor por la ciencia comenzó tumbada en el césped, mirando las estrellas y preguntándose qué secretos guardaban.

Ahora, como la primera australiana en el programa de astronautas de la ESA, espera abrir el camino para una mayor diversidad en el campo de la exploración espacial.

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