“Civilizaciones avanzadas nos podrían rastrear” Un estudio revela que las fugas de radiación electromagnética de aeropuertos y sistemas militares podrían ser detectadas desde distancias interestelares
Un estudio revela que las fugas de radiación electromagnética de aeropuertos y sistemas militares podrían ser detectadas desde distancias interestelares
La posibilidad de que la humanidad no esté sola en el universo ha sido un tema de debate científico y filosófico durante décadas. Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de Manchester, publicado en colaboración con Space.com, sugiere que las señales generadas por los sistemas de radar terrestres podrían estar enviando inadvertidamente un mensaje al cosmos, detectable por civilizaciones extraterrestres avanzadas.
Según la investigación, los grandes aeropuertos internacionales, como el Aeropuerto O’Hare de Chicago, el JFK de Nueva York y el Heathrow de Londres, emiten fugas de radiación electromagnética lo suficientemente potentes como para ser captadas desde hasta 200 años luz de distancia. Estos sistemas de radar, diseñados para el seguimiento de aeronaves, generan una firma tecnológica distintiva que, en teoría, podría ser interpretada como evidencia de vida inteligente por cualquier observador extraterrestre equipado con radiotelescopios avanzados.
Una firma tecnológica detectable
El equipo de científicos, liderado por el investigador Ramiro Kaiss Saidé, determinó que estas emisiones no intencionales podrían servir como un marcador universal de civilización. “Nuestros resultados muestran que las señales de radar, generadas involuntariamente por cualquier planeta con tecnología avanzada y sistemas de aviación sofisticados, podrían servir como una firma universal de vida inteligente”, explicó Saidé.
En el caso de los radares militares, la situación es aún más llamativa. A diferencia de los sistemas civiles, estos están más enfocados y generan pulsos de radio altamente direccionales, los cuales podrían ser interpretados como claramente artificiales por una inteligencia extraterrestre. Michael Garrett, profesor de la Universidad de Manchester y miembro del equipo, destacó que este hallazgo no solo tiene implicaciones para la búsqueda de vida extraterrestre, sino también para la protección del espectro radioeléctrico terrestre y el diseño de futuros sistemas de radar.
Implicaciones para la búsqueda de inteligencia extraterrestre
El estudio plantea una pregunta fundamental: si una civilización extraterrestre avanzada está observando el cosmos en busca de señales tecnológicas, ¿podrían haber detectado ya las emisiones terrestres? El exoplaneta más cercano potencialmente habitable, Próxima Centauri b, se encuentra a solo 4,24 años luz de distancia. Si allí existiera una civilización con tecnología similar a la humana, teóricamente podrían haber captado estas fugas de radiofrecuencia.
Este descubrimiento también abre nuevas vías para la astronomía y la defensa planetaria. Las técnicas desarrolladas para modelar y detectar señales débiles en el espacio podrían aplicarse en la identificación de amenazas cósmicas, como asteroides potencialmente peligrosos, así como en la mejora de las comunicaciones por radio en la Tierra.
Un precedente en la comunicación interestelar
Curiosamente, este no es el primer intento de la ciencia por entender cómo podríamos comunicarnos con otras formas de inteligencia. Recientemente, investigadores del Instituto SETI informaron sobre un experimento en el que lograron una forma rudimentaria de comunicación con una ballena jorobada en Alaska. Al reproducir grabaciones de cantos de ballenas, una hembra llamada Twain respondió activamente, imitando los sonidos durante veinte minutos. Este tipo de interacción podría sentar las bases para futuros intentos de comunicación con inteligencias no humanas, ya sean terrestres o extraterrestres.
A medida que la tecnología humana avanza, también lo hace nuestra huella electromagnética en el universo. Este estudio no solo refuerza la idea de que podríamos no estar solos, sino que también plantea consideraciones éticas y estratégicas sobre cómo gestionamos nuestras emisiones de radio. En un futuro, la humanidad podría tener que decidir si desea ser encontrada o, por el contrario, permanecer en silencio cósmico.