¿Cuántos exoplanetas debemos estudiar para saber si la vida es común en el universo?
Un estudio estadístico revela cuántos mundos alienígenas necesitan ser analizados antes de sacar conclusiones sobre la existencia de vida extraterrestre
La búsqueda de vida más allá de la Tierra ha sido una de las grandes obsesiones de la astronomía moderna. Sin embargo, determinar si la vida es un fenómeno común o extremadamente raro en el universo sigue siendo un desafío científico. Un equipo internacional de investigadores de la ETH Zurich, el Instituto SETI, la Università di Roma ‘Tor Vergata’ y la Universidad de Belgrado ha abordado esta cuestión mediante modelos estadísticos avanzados, estableciendo un marco cuantitativo para determinar cuántos exoplanetas deben ser estudiados antes de poder hacer afirmaciones significativas sobre la prevalencia de la vida en el cosmos.
El poder de lo no encontrado
En ciencia, la ausencia de evidencia no siempre significa evidencia de ausencia, pero puede proporcionar información valiosa. Cuando los astrónomos buscan vida en exoplanetas, se enfocan en biofirmas, como la presencia de agua, oxígeno o metano en sus atmósferas. Pero, ¿qué ocurre si tras múltiples observaciones no se detecta ninguna de estas señales? Según el estudio, incluso estos resultados negativos pueden ser cruciales para establecer límites estadísticos sobre la probabilidad de que exista vida en otros mundos.
El Dr. Daniel Angerhausen, investigador de la ETH Zurich y del Instituto SETI, y autor principal del estudio, explica: “Incluso una sola detección positiva cambiaría todo, pero hasta entonces, debemos asegurarnos de aprender lo máximo posible de lo que no encontramos”. El estudio revela que si los científicos examinan entre 40 y 80 exoplanetas sin hallar biofirmas, podrían concluir con un alto grado de confianza que menos del 10% al 20% de los planetas similares a la Tierra albergan vida detectable.
Implicaciones para futuras misiones astronómicas
Estos hallazgos tienen consecuencias directas para misiones como el Observatorio de Mundos Habitables (HWO) de la NASA y el Gran Interferómetro para Exoplanetas (LIFE), liderado por Europa. Estas iniciativas analizarán decenas de exoplanetas en busca de atmósferas habitables y posibles señales biológicas. Según el estudio, el número de observaciones planeadas por estas misiones será suficiente para obtener conclusiones estadísticamente significativas sobre la frecuencia de la vida en nuestra galaxia.
Sin embargo, los investigadores advierten que la incertidumbre en las observaciones individuales —como falsos negativos o limitaciones instrumentales— podría sesgar los resultados si no se maneja con cuidado. “No se trata solo de cuántos planetas observamos, sino de cuán seguros estamos de ver o no lo que buscamos”, enfatiza Angerhausen.
Un universo de posibilidades
Incluso si solo el 10% de los planetas en la Vía Láctea albergaran vida, esto implicaría la existencia de al menos 10 mil millones de mundos potencialmente habitables. Un hallazgo de esta magnitud redefiniría nuestra comprensión de la vida en el cosmos. “Este tipo de resultado sería un punto de inflexión”, afirma Angerhausen. “Finalmente podríamos cuantificar si los planetas con biofirmas son raros o comunes”.
El estudio subraya la importancia de diseñar encuestas exoplanetarias rigurosas, capaces de cuantificar y corregir incertidumbres para evitar conclusiones erróneas. En última instancia, cada observación, ya sea positiva o negativa, acerca a la humanidad a responder una de las preguntas más profundas: ¿estamos solos en el universo?