Desafiando los misterios del evento de Tunguska: ¿Qué revela el lago Cheko?
El evento conocido como la explosión de Tunguska, ocurrido el 30 de junio de 1908 en la remota taiga siberiana, ha sido durante mucho tiempo objeto de especulación y misterio. Se cree que una enorme explosión, que derribó árboles en un radio de hasta 40 km desde el epicentro, fue causada por la caída de un objeto cósmico. Sin embargo, la verdadera causa sigue siendo esquiva.
Una teoría ampliamente aceptada sugiere que el lago Cheko, ubicado a solo 8 kilómetros del supuesto epicentro de la explosión, podría ser un vestigio de este evento cósmico. Sin embargo, recientes investigaciones realizadas por científicos de Krasnoyarsk, Novosibirsk y Kazán, cuyos resultados han sido publicados en la revista “Reports of the Academy of Sciences”, desafían esta noción.
En un estudio detallado, los científicos examinaron la morfología y los sedimentos de tres lagos: Zapovednoe, Peyungda y Cheko. Contrario a lo esperado, encontraron que los lagos Zapovednoe y Peyungda, ubicados cerca del supuesto epicentro de la explosión de Tunguska, presentan características similares al lago Cheko. Todos ellos comparten una forma redonda y de embudo, lo que sugiere que la forma del lago Cheko no es única en la región.
Además, el análisis de los sedimentos reveló que la edad del lago Zapovednoe supera los dos mil años, mientras que el lago Peyungda tiene sedimentos que indican una antigüedad de varios miles de años. Por otro lado, los sedimentos del lago Cheko sugieren una edad de al menos trescientos años. Estos hallazgos desafían la idea de que el lago Cheko fue formado como resultado del evento de Tunguska en 1908.
Según Denis Rogozin, investigador principal del Instituto de Biofísica del Centro Federal de Investigación KSC SB y profesor de la Universidad Federal de Siberia, la naturaleza geológica del lago Cheko sugiere un origen diferente. Es probable que su formación esté relacionada con procesos kársticos o el deshielo del permafrost, ya que la forma de la cuenca del lago parece ser el resultado del colapso de las rocas subyacentes.
Estos hallazgos desafiantes se suman a las conclusiones previas de los físicos de Krasnoyarsk, quienes cuestionaron la caída de un meteorito en Tunguska en 1908. Según sus cálculos, la destrucción en el área no estaría vinculada a un objeto espacial, sino a ondas de choque generadas por el paso de un asteroide de hierro a través de la atmósfera terrestre.
El misterio que rodea al evento de Tunguska continúa intrigando a científicos y entusiastas por igual, y estos nuevos hallazgos plantean aún más preguntas sobre su verdadera naturaleza. Sin embargo, gracias a la investigación continua, estamos un paso más cerca de comprender este enigma cósmico que ha desconcertado al mundo durante más de un siglo.