¿Desinformación del Pentágono? Artículo del Wall Street Journal reaviva la polémica teoría que cuestiona décadas de cultura OVNI

Un artículo del Wall Street Journal reaviva el debate sobre si el gobierno de EE.UU. alimentó deliberadamente el fenómeno OVNI para encubrir programas secretos

En medio de un renovado interés por los fenómenos aéreos no identificados (UAP, por sus siglas en inglés), un reciente informe del Wall Street Journal ha generado controversia al sugerir que décadas de avistamientos OVNI podrían haber sido el resultado de una campaña de desinformación orquestada por el Pentágono. Según el artículo, el ejército estadounidense habría difundido intencionalmente rumores sobre naves extraterrestres para ocultar pruebas de tecnología militar avanzada, particularmente durante la Guerra Fría.

El corresponsal especial de NewsNation, Ross Coulthart, ha calificado el informe como “una broma”, señalando que, aunque reconoce la existencia de engaños históricos, no explica los testimonios de testigos directos ni las filtraciones recientes sobre programas ultrasecretos. “Sabemos que se ha utilizado desinformación, pero eso no invalida las declaraciones de quienes afirman haber visto estas naves o tener conocimiento de programas encubiertos”, declaró Coulthart en Elizabeth Vargas Reports.

El Área 51 y la estrategia de encubrimiento

El artículo del Wall Street Journal se centra en operaciones realizadas en el Área 51, donde, según el medio, se probaban aviones furtivos como el SR-71 Blackbird o el U-2. Para desviar la atención, un coronel habría distribuido fotografías de supuestos platillos voladores entre negocios locales, alimentando así la narrativa extraterrestre. Esta táctica, según el informe, permitió al gobierno mantener en secreto sus desarrollos tecnológicos frente a potencias rivales y al público en general.

Sin embargo, expertos en el fenómeno OVNI, como John Greenewald Jr., creador del archivo The Black Vault, han cuestionado la falta de fuentes verificables en el artículo. “Si el WSJ considera que esto es una farsa, entonces los denunciantes deberían presentar pruebas contundentes en su contra”, señaló Greenewald en redes sociales. “El problema es que seguimos viendo afirmaciones sin sustento, ya sea para probar o refutar la existencia de extraterrestres”.

¿Un ciclo interminable de especulaciones?

La teoría de que los OVNIs son una cortina de humo para tecnología militar no es nueva, pero el artículo del Wall Street Journal ha reabierto el debate sobre la credibilidad de las fuentes y la transparencia gubernamental. Mientras algunos ven en este informe un intento por desacreditar a figuras como David Grusch —el denunciante del Pentágono que afirmó la existencia de programas de retroingeniería extraterrestre—, otros lo consideran parte de una estrategia más amplia para controlar la narrativa.

Lo cierto es que, en un tema marcado por el secretismo y la desinformación, la falta de evidencias concluyentes sigue siendo un obstáculo. Ya sea que se trate de encubrimientos militares o de fenómenos verdaderamente inexplicables, la polémica refleja una realidad: la necesidad de mayor transparencia y rigor periodístico para separar los hechos de la ficción.

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