Drones Misteriosos Acechan Instalaciones Militares en Nueva Jersey: El Pentágono Frustrado Ante la Amenaza
Incursiones aéreas no identificadas en el Arsenal Picatinny y la Estación de Armas Navales Earle encienden alarmas sobre seguridad nacional.
En los últimos meses, el cielo de Nueva Jersey ha sido escenario de una actividad inquietante: drones no tripulados volando cerca de instalaciones militares altamente protegidas. Los recientes avistamientos confirmados en el Arsenal Picatinny del Ejército y la Estación de Armas Navales Earle han puesto en jaque al Departamento de Defensa (DoD), cuyos funcionarios admiten no saber quién está detrás de estas operaciones ni cuáles son sus objetivos.
El surgimiento de una amenaza persistente
Desde finales de este año, miles de informes sobre avistamientos de drones han llegado a las agencias de aplicación de la ley en Nueva Jersey y otros estados, provocando investigaciones exhaustivas. Mientras que en algunos casos se ha concluido que los sistemas tripulados fueron erróneamente identificados como drones, otros eventos han sido más difíciles de descartar.
El Pentágono confirmó que el personal de seguridad altamente capacitado detectó los drones en ambas instalaciones militares durante diciembre, calificando los eventos como “incursiones aéreas” no autorizadas. Según un alto funcionario del DoD, que habló bajo anonimato, estas actividades no son nuevas, pero siguen siendo un desafío para la seguridad nacional.
Cómo responde el Departamento de Defensa
El funcionario señaló que el personal militar en las bases cuenta con herramientas electrónicas avanzadas para detectar, clasificar y neutralizar drones comerciales que intentan ingresar al espacio aéreo restringido. Sin embargo, estos esfuerzos enfrentan limitaciones significativas debido a las leyes que restringen las capacidades de vigilancia y contrainteligencia en el territorio estadounidense.
“Estamos preparados para responder a cualquier riesgo potencial, pero nuestra jurisdicción se limita al perímetro de las bases”, explicó un portavoz de la Estación de Armas Navales Earle. Las autoridades militares deben coordinarse con las fuerzas del orden locales y federales para rastrear a los operadores y sus puntos de origen, un proceso que, según los funcionarios, dificulta las investigaciones.
¿Amenaza extranjera o simple irresponsabilidad?
A pesar de los recursos desplegados, el Departamento de Defensa no ha encontrado evidencia de que los drones estén vinculados con actores extranjeros ni que representen una amenaza explícita. Sin embargo, la falta de información sobre los operadores y sus motivaciones genera frustración entre los líderes de seguridad nacional.
“No sabemos si estas incursiones son intencionadas o maliciosas, pero son irresponsables y preocupantes”, aseguró el funcionario durante una llamada informativa reciente.
El problema se ve agravado por las crecientes restricciones legales que limitan las capacidades de monitoreo dentro de Estados Unidos. Según el funcionario, estas restricciones contrastan con las medidas más agresivas que el ejército puede implementar en territorios extranjeros para interceptar amenazas.
La seguridad aérea en tiempos de drones comerciales
El avance de la tecnología ha hecho que los drones sean más accesibles para el público, pero también ha planteado nuevos desafíos para la seguridad nacional. El Pentágono emplea sistemas avanzados para disuadir la actividad no autorizada en el espacio aéreo de sus instalaciones, pero no siempre puede impedir completamente estas incursiones.
Los expertos advierten que las incursiones de drones, aunque aparentemente inofensivas, podrían ser aprovechadas por grupos hostiles para recopilar información o realizar ataques coordinados. Esto ha llevado a llamados para fortalecer la legislación sobre el uso de drones en espacios restringidos y aumentar la cooperación entre agencias gubernamentales.
Seguridad en el aire, un desafío constante
Los avistamientos recientes en Nueva Jersey subrayan la creciente complejidad de proteger instalaciones críticas frente a amenazas aéreas no identificadas. Aunque el Departamento de Defensa ha desarrollado estrategias para manejar estos incidentes, las limitaciones legales y la falta de información clara sobre los operadores dificultan una respuesta eficaz.
La actividad de drones cerca de bases militares no solo pone a prueba los sistemas de seguridad, sino que también abre un debate sobre el equilibrio entre privacidad, seguridad nacional y los avances tecnológicos. Mientras las investigaciones continúan, el Pentágono y otras agencias gubernamentales deberán trabajar en conjunto para garantizar que el cielo sobre instalaciones clave permanezca seguro.
Con informacion de defensescoop