El Avistamiento OVNI de North Bergen: El Encuentro Cercano de George O’Barsky en 1975

Un Incidente que Desafía la Explicación en las Primeras Horas de la Mañana

En las primeras horas del 12 de enero de 1975, George O’Barsky, dueño de una licorería en Manhattan, se dirigía a su hogar en North Bergen, Nueva Jersey, tras una larga jornada de trabajo. Era una ruta que había recorrido incontables veces, pero esa madrugada, alrededor de las 3:00 am, su viaje rutinario se transformó en una experiencia que marcaría su vida para siempre. Mientras atravesaba un parque local, la radio de su automóvil comenzó a fallar, interrumpida por una interferencia inexplicable. Fue entonces cuando un objeto volador no identificado, con forma de disco y aproximadamente 30 pies de diámetro por 6 de altura, apareció ante él.

El OVNI descendió hasta posarse en un área cercana a la carretera. Pequeñas figuras, vestidas con lo que O’Barsky describió como trajes similares a los de nieve, emergieron del artefacto. Estos seres se movieron rápidamente alrededor de la nave antes de volver a ingresar en ella, que posteriormente despegó a gran velocidad. El testigo, aterrorizado por el suceso, contactó a las autoridades y, más tarde, su caso llegó a manos del investigador Budd Hopkins, reconocido por su trabajo en ufología.

La Investigación y los Testigos Corroborativos

Hopkins, tras entrevistar a O’Barsky, logró identificar a otros testigos que también habían observado el extraño objeto en el cielo aquella noche. Estos testimonios independientes reforzaron la credibilidad del relato, descartando la posibilidad de una alucinación o un engaño. A pesar de los esfuerzos por encontrar una explicación convencional, el caso permanece sin resolverse, sumándose a los numerosos encuentros OVNI reportados en Estados Unidos durante la década de 1970.

Reflexiones sobre un Fenómeno que Persiste

El incidente de North Bergen destaca por su carácter tangible: múltiples observadores, interferencia electromagnética y un relato detallado que resiste el escrutinio. A casi cinco décadas del suceso, sigue siendo un recordatorio de que existen fenómenos aéreos que desafían la comprensión humana. Para O’Barsky, aquella experiencia no fue solo un avistamiento fugaz, sino un encuentro que lo obligó a cuestionar su percepción de la realidad.

Mientras la ufología continúa avanzando, casos como este refuerzan la necesidad de investigaciones serias y rigurosas. ¿Fue el objeto una nave extraterrestre, un experimento secreto o algo más? La respuesta, por ahora, sigue flotando en el misterio.

 

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