El bizarra historia de Mary Toft: La mujer que dio a luz a conejos
En los albores del siglo XVIII, las noticias de una mujer inglesa que paría conejos inundaron los titulares de los periódicos británicos. La increíble historia de Mary Toft, una mujer humilde cuyos supuestos partos de conejos desafiaron la lógica y fascinaron a los médicos de la Casa Real, se convirtió rápidamente en una leyenda del folclore inglés.
La historia toma forma a través de cartas y relatos médicos de la época. John Howard, un cirujano de renombre de Guilford, escribió una carta al médico de la corte real, Nathaniel St Andre, detallando los extraños eventos que rodeaban a Mary Toft. Se relataba que esta joven de 23 años había desarrollado una obsesión por los conejos después de presenciar uno mientras orinaba en el campo, coincidiendo con un aborto espontáneo.
“Actualmente nos parece descabellado, pero tenemos que entender que en esa época existían muchas dudas sobre la concepción. Incluso gente educada creía que las mujeres podían afectar el desarrollo de los huesos del feto con su pensamiento”, explica Karen Harvey, profesora de la Universidad de Sheffield y autora de un libro sobre Mary Toft.
Ante la mirada de médicos y curiosos, Mary afirmaba estar dando a luz conejos. A pesar de que los animales nacían muertos, sus descripciones sobre los movimientos dentro de su estómago y los relatos de varios médicos agregaron un aura de autenticidad a su historia.
Sin embargo, las dudas comenzaron a surgir cuando Cyriacus Ahlers, otro doctor real, investigó más a fondo. Encontró indicios sospechosos en los conejos nacidos: partes que parecían haber sido cortadas con cuchillo y evidencia de haber comido heno. Harvey señala que técnicamente, Mary Toft expulsaba partes disecadas que se le introducían previamente en su cuerpo, lo que causaba un proceso incómodo pero “real”.
El caso alcanzó su punto álgido cuando Mary fue llevada a Londres, esperando dar a luz a su décimo octavo conejo. Los periódicos se hacían eco del extraño suceso y el famoso artista William Hogarth inmortalizó el examen de los conejos en una caricatura.
Sin embargo, la trama dio un giro inesperado cuando un portero de la casa reveló que Mary Toft había pedido un conejo antes de ser descubierta. El enojo de Richard Manningham llevó a una confrontación, durante la cual Mary finalmente confesó: “No seguiré más con esto. Prefiero colgarme”.
En una serie de confesiones contradictorias, Mary admitió haber perpetrado la farsa, aunque las versiones de los hechos variaban. Desde negar el fraude hasta implicar a su suegra o a la esposa de un afilador de cuchillos, sus declaraciones añadieron confusión a un caso ya bizarro.
El doctor St Andre, inicialmente creyente en la historia, finalmente se retractó. La mujer falleció 40 años después, registrada en su certificado de defunción como “Mary Toft, viuda y la impostora del conejo”.
El enigma de Mary Toft y sus supuestos partos de conejos dejaron una pregunta persistente: ¿fue un engaño meticulosamente ejecutado o hubo elementos de realidad en esta historia tan estrafalaria? Una incógnita que, a pesar del tiempo transcurrido, sigue intrigando a quienes se sumergen en este fascinante episodio de la historia médica.