El Cielo se Enciende: Un Misterioso Anillo Rojo Vuelve a Aparecer Sobre los Alpes Italianos
Un fotógrafo captura por segunda vez un rarísimo fenómeno atmosférico, un ‘ELVE’, que ilumina la ionosfera como un OVNI efímero durante una potentísima tormenta eléctrica.
La quietud nocturna sobre el pequeño pueblo de Possagno, enclavado en las estribaciones de los Alpes italianos, fue testigo una vez más de un evento celeste de extraordinaria rareza. En la noche del 17 de noviembre, un fantasmagórico halo de luz roja, de dimensiones colosales, apareció brevemente sobre el horizonte, en una escena que parecía repetir, con inquietante precisión, una fotografía tomada en el mismo lugar en marzo de 2023. La imagen, capturada por el experimentado fotógrafo de naturaleza Valter Binotto, no documenta una visita extraterrestre, sino uno de los fenómenos más elusivos y espectaculares vinculados a las tormentas eléctricas: un ELVE.
Este acrónimo, que corresponde a “Emisión de Luz y Perturbaciones de muy baja frecuencia debidas a Fuentes de Pulsos Electromagnéticos”, describe un destello rojizo y anular que se forma a gran altura en la atmósfera. Los ELVE son tan fugaces –durante apenas una milésima de segundo– que resultan virtualmente invisibles para el ojo humano. Su captura requiere una combinación de pericia técnica, equipo especializado y una cuota considerable de suerte. Binotto, quien ya logró este hito hace dos años y medio, ha conseguido documentar el fenómeno por segunda vez desde su localidad.

El fotógrafo Valter Binotto capturó su impactante imagen de un anillo de luz roja similar a un OVNI sobre la ciudad italiana de Possagno el 17 de noviembre. No es la primera vez que captura este tipo de imagen desde este lugar. (Crédito de la imagen: Valter Binotto)
La formación de estos anillos de luz es un proceso físico de gran violencia. Se generan cuando un relámpago de una potencia excepcional, con una corriente eléctrica que puede superar los 300 kiloamperios (entre 10 y 30 veces más fuerte que un rayo común), libera un intensísimo pulso electromagnético hacia el espacio. Este pulso viaja hasta impactar contra la ionosfera, la capa ionizada de la atmósfera superior, situada entre 80 y 644 kilómetros de altitud. La colisión excita las moléculas de nitrógeno presentes en esa región, haciendo que emitan un breve pero intenso resplandor de color rojo carmesí.

El anillo, que en este último evento probablemente midió unos 200 kilómetros de diámetro y se formó a aproximadamente 100 kilómetros de altitud, marca con precisión el punto de impacto del pulso electromagnético contra la ionosfera. Contrario a lo que podría sugerir la repetición del avistamiento en la misma zona, Possagno no tiene ninguna particularidad geofísica que atraiga estos fenómenos. La explicación reside en la meticulosa labor de Binotto y en la naturaleza expansiva de los ELVE, que, por su gran altura y tamaño, pueden ser visibles desde cientos de kilómetros de distancia. La tormenta que generó el último anillo se localizaba cerca de Vernazza, a unos 300 kilómetros al sur.
Los ELVE forman parte de una fascinante familia de eventos luminosos transitorios (TLE, por sus siglas en inglés), que incluye a los “sprites rojos” en forma de medusa y a los azulados “chorros gigantes”. Más allá de su impactante belleza, estos fenómenos son de gran interés científico. Los campos eléctricos involucrados pueden actuar como aceleradores de partículas naturales, generando rayos X, electrones de alta energía e incluso destellos de rayos gamma terrestres, que si bien no representan un peligro para la población, ofrecen valiosos datos para estudiar la física de los rayos más extremos y sus interacciones con las capas superiores de la atmósfera.
La recurrente aparición del anillo rojo sobre los Alpes italianos no es un presagio sobrenatural, sino un recordatorio de la asombrosa y poderosa electricidad que late en el corazón de nuestras tormentas. Lejos de ser un misterio sin resolver, estas imágenes representan un triunfo de la observación científica y artística, capturando en una fracción de segundo procesos que, aunque descubiertos hace apenas tres décadas, continúan revelando la compleja y dinámica interacción entre la troposfera y el espacio cercano. Cada nuevo ELVE documentado es una pieza más en el rompecabezas para comprender los límites de la atmósfera terrestre y las fuerzas titánicas que la modelan.
