El Enigma del UAP Hellfire: Cómo un video de un UAP y una teoría soviética olvidada explican la carrera aeroespacial secreta
Desde los manuscritos de Černohajev hasta los programas Skyborg y Okhotnik, la búsqueda de una simbiosis entre la conciencia y la máquina redefine el futuro del vuelo.
En una audiencia reciente del Grupo de Trabajo sobre Fenómenos Aéreos No Identificados (UAP), se presentó una secuencia de video que mostraba un objeto volador no identificado de morfología desconocida siendo impactada por un misil Hellfire. Sin embargo, en lugar de desintegrarse, el objeto principal aparentemente pareciera fragmentarse en tres partes que, de manera coordinada, se reagruparon y continuaron su vuelo. Este evento, más que un mero misterio, parece ser la manifestación visible de un concepto que ha perseguido a ingenieros y teóricos durante décadas: la creación de un sistema de vuelo resiliente donde los límites entre la aeronave, el operador y el entorno se desdibujan.
La Profecía de Černohajev: Conciencia como Ingeniería
Frente a este enigma, el trabajo del ingeniero soviético Valerij Černohajev, desarrollado en las postrimerías de la Guerra Fría, ofrece un marco conceptual sorprendentemente relevante. Černohajev no se limitaba a esbozar diseños de propulsión avanzada; en obras como “La naturaleza tripartita de la consciencia humana”, postulaba que el operador era un componente activo del sistema de vuelo, cuya conciencia debía sintonizarse con un “campo de información-energía” universal. Esta sintonía, descrita como una resonancia energética real entre los aspectos espirituales, intelectuales y materiales del piloto y el cosmos, era la condición previa para operar la tecnología.
Paralelamente, en su “Motor solenoide”, Černohobajev detallaba una propulsión basada en la manipulación de campos electromagnéticos, prescindiendo de superficies aerodinámicas tradicionales. La nave, en su visión, funcionaría como un sistema de campo distribuido, cuya coherencia dependía tanto de la conciencia del operador como de su arquitectura técnica. Bajo este prisma, el evento del Hellfire no sería una anomalía, sino el comportamiento esperado de un sistema semejante ante una perturbación: los nodos constituyentes (la fragmentos) se dispersan, pero mantienen su cohesión dentro de la envolvente del campo común, reagrupándose de inmediato.
La Respuesta Occidental: Ingeniería para Suplir la Conciencia
Mientras Černohajev planteaba la conciencia como un requisito, los programas occidentales, liderados por DARPA y la Fuerza Aérea de EE. UU., han emprendido una ruta diferente: utilizar la ingeniería para superar las limitaciones biológicas del piloto. La evolución es clara: desde la pantalla montada en el casco del F-35, que fusiona datos en una imagen intuitiva, hasta el proyecto N3 de interfaces neurales para captar señales cerebrales. La iniciativa Skyborg, sin embargo, representa la cúspide de esta filosofía. Al emparejar cazas de quinta generación con vehículos no tripulados semiautónomos, no se busca sintonizar con un campo cósmico, sino multiplicar la intención del piloto mediante algoritmos.
El objetivo no declarado es crear una “coherencia de sistema” por medios puramente tecnológicos. La monitorización fisiológica y la inteligencia artificial actúan como sustitutos de la resonancia consciente descrita por Černohajev. Se reconoce la primacía del operador humano, pero se le dota de extensiones que compensan su lentitud y vulnerabilidad, logrando un resultado estructural similar—control distribuido y resiliencia—por caminos materialistas.
El Camino Ruso: Lealtad y Enjambres en la Batalla
Rusia, por su parte, ha convergido en la misma lógica operativa, aunque con su sello característico. El demostrador de vuelo no tripulado pesado S-70 “Okhotnik”, diseñado para operar en conjunto con el caza Su-57, y el proyecto “Grom”, que conceptualiza el despliegue de enjambres de drones “Molniya”, encarnan el principio de un núcleo de mando que coordina unidades subsidiarias. Al igual que en el paradigma estadounidense, la doctrina rusa media la relación entre el piloto y las máquinas mediante aviónica compleja y enlaces de datos seguros. La conciencia es un factor a gestionar, no un campo con el que resonar.
Un Linaje Tecnológico en Sombra
El video del impacto del Hellfire, por tanto, no existe en el vacío. Se inserta en un linaje tecnológico que parte de las teorías radicales de Černohajev—que fusionaban metafísica e ingeniería—y se materializa en los programas contemporáneos de EE. UU. y Rusia, que buscan el mismo fin por medios estrictamente materiales. La pregunta que plantea el video no es solo “¿qué son estos objetos?”, sino “¿qué concepto de la relación hombre-máquina representan?”.
Si los UAP son de origen no terrestre, el marco de Černohajev proporciona un lenguaje audaz para interpretar su posible modo de operación. Si son producto de una tecnología humana secreta, revelan hasta qué punto conceptos marginados de la Guerra Fría han influido en la vanguardia aeroespacial. En cualquier caso, el mensaje es claro: el futuro de la aviación no reside únicamente en vehículos más rápidos o más sigilosos, sino en sistemas donde la conciencia, ya sea biológica o artificialmente aumentada, y la máquina se funden en una única entidad operativa, capaz de mantener su coherencia incluso ante la destrucción.
Fuente
Articulo de Gene Sticco (Veterano de la USAF. Operaciones de inteligencia) “Craft and Consciousness in the Age of UAPs and Autonomy“