El Extraño Fenómeno Celestial que Dejó Inservible al Vapor Trafalgar y Desconcertó a los Marineros
En febrero de 1910, un evento extraordinario sacudió los mares del Reino Unido. Una nave comercial, el vapor Trafalgar, quedó inutilizada tras un encuentro con lo que parecía ser un cometa en llamas. Este fenómeno celestial desmagnetizó las brújulas, llenó la sala de máquinas de chispas y dejó perpleja a la tripulación, que luchó por sobrevivir en medio de un mar hostil y una tormenta de nieve.
El relato del capitán Davies: “Un cometa cayó cerca de nosotros”
El capitán Davies, comandante del Trafalgar, relató los sucesos que comenzaron cuando el barco se encontraba a unas diez millas al suroeste de Wolf Rock, navegando desde Port Talbot hacia Bastia con una carga de carbón. “El barco tembló violentamente y un estruendo como la explosión de un cañón sacudió todo a bordo”, dijo Davies. Lo que sucedió después fue digno de una pesadilla.
Según el testimonio de la tripulación, un cuerpo en llamas, con una cola de entre 30 y 40 pies de largo, cruzó el cielo y cayó al mar a escasos 20 pies de la nave. El impacto levantó una columna de agua y dejó el castillo de proa del barco “en llamas” con una luz brillante e irreal que iluminó cada rincón de la cubierta.
Chispas, pánico y brújulas inservibles
El efecto del fenómeno no se limitó al exterior del barco. Dentro de la sala de máquinas, los marineros fueron testigos de un espectáculo inquietante: una tenue luz violeta cubrió el espacio, acompañada de millones de pequeñas chispas que parecían electrificar cada superficie metálica. Ante este panorama, la tripulación corrió a la cubierta, aterrorizada por lo que parecía ser un fuego incontrolable.
“El segundo oficial fue golpeado violentamente por la varilla de acero que sostenía mientras realizaba una tarea rutinaria. Era como si todo el barco hubiera cobrado vida”, continuó el capitán. Aunque el fenómeno solo duró unos segundos, las consecuencias fueron devastadoras: todas las brújulas del barco quedaron completamente desmagnetizadas, lo que dejó al Trafalgar sin su principal sistema de navegación en medio de una tormenta de nieve cegadora.
Un regreso épico al puerto sin instrumentos
A pesar del caos y la incertidumbre, el capitán Davies tomó la valiente decisión de regresar al puerto más cercano. Sin brújulas funcionales y enfrentando una nevada que dificultaba la visibilidad, la tripulación siguió a los barcos costeros hasta llegar a salvo a Falmouth. Allí, las brújulas, que en el mar estaban completamente desorientadas, volvieron a funcionar de manera normal cuando fueron llevadas a tierra.
Sin embargo, el barco ahora parecía estar “muy magnetizado”, y los expertos fueron convocados para investigar los daños. Se teme que el encuentro con el cometa o el fenómeno similar haya afectado las propiedades magnéticas de la nave, dejando en suspenso su operatividad.
Ciencia y misterio: una combinación desconcertante
Aunque el suceso dejó una impresión duradera en los marineros del Trafalgar y en los habitantes de Falmouth, las causas exactas del fenómeno aún generan debate. Algunos lo atribuyen al impacto cercano de un cometa o a una descarga eléctrica de alta intensidad, mientras que otros consideran que podría tratarse de una tormenta geomagnética relacionada con la actividad solar, que habría desestabilizado los instrumentos de navegación.
El relato del capitán Davies es un recordatorio de lo impredecible y poderoso que puede ser el entorno natural. En una época en la que la tecnología comenzaba a transformar la navegación, el evento demostró cuán vulnerables seguían siendo los barcos ante los caprichos del cosmos. El caso del Trafalgar sigue siendo un ejemplo único de la conexión entre los fenómenos celestes y las dificultades marítimas, dejando una huella imborrable en los anales de la historia marítima.
Referencia
Indianápolis STAR – 27 de febrero de 1910