El incidente del avistamiento de OVNI cerca de la Presa de Loch Raven
En la noche del 26 de octubre de 1958, cerca de la presa de Loch Raven, al norte de Baltimore, Maryland, dos hombres experimentaron un encuentro sorprendente que desafió toda explicación racional. Mientras viajaban en automóvil cerca de un puente, avistaron un objeto misterioso que parecía un huevo aplanado flotando a una distancia de aproximadamente 100-150 pies sobre la estructura.
A medida que se acercaban al puente, redujeron la velocidad para observar el objeto con mayor claridad. Sin embargo, al llegar a unos 75 pies del puente, su automóvil quedó completamente inoperable, como si alguien hubiera cortado la llave de encendido. Ningún sistema eléctrico funcionaba y todos los intentos de reiniciar el motor resultaron infructuosos.
El avistamiento del objeto y el repentino fallo del vehículo llenaron de temor a los hombres, quienes se refugiaron detrás de su automóvil. Durante aproximadamente 30 a 45 segundos, observaron cómo el OVNI emitía una luz blanca intensa que provocaba calor en sus rostros, seguida de un estruendo similar al de un trueno.
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Lentamente, el objeto comenzó a elevarse hacia arriba, su brillo intenso hacía que sus contornos fueran borrosos. En cuestión de segundos, desapareció de la vista, dejando a los testigos perplejos. Tras reiniciar su automóvil, los hombres se apresuraron a informar el incidente, primero al Ground Observer Corp y luego al Departamento de Policía de Towson, que envió patrulleros al lugar.
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Después del avistamiento, los testigos experimentaron una sensación de ardor en la piel y buscaron tratamiento en el Hospital St. Joseph en Baltimore. A pesar de la investigación posterior realizada por el Proyecto Libro Azul, que no pudo determinar una causa definitiva para el avistamiento, el caso permanece sin resolver. La Fuerza Aérea concluyó que el objeto avistado no representaba una amenaza para la seguridad nacional.
Con el tiempo, los testigos fueron identificados como Phillip Small y Alvin Cohen, quienes llevaron consigo el recuerdo inquietante de aquel encuentro en la noche de octubre de 1958 en las afueras de Baltimore.