El lado B de Tokio 2020: conoce la historia detrás de la cabina telefónica que permite comunicarse con los muertos
Conoce cómo funciona el teléfono que permite hablar con los difuntos a través del viento.
TODO EMPEZÓ CON EL TERREMOTO Y EL TSUNAMI DE 2011
Este sismo ha sido uno de los más trágicos en la historia nipona y del mundo. En primera instancia, el movimiento telúrico fue muy destructivo, derribando casas y estructuras urbanas. Luego, devino el terrible tsunami.
Las olas lograron una altura de hasta 9 metros. Gran cantidad de comunidades costeras resultaron afectadas. De hecho, se estima que miles de pobladores perdieron la vida durante este acontecimiento tan inesperado.
Fue durante el terremoto del año 2011 que ocurrió en incidente en la planta nuclear de Fukushima. Esta instalación fue destruida por el sismo, dejando escapar una gran cantidad de radiactividad.
Han sido muchas las secuelas del evento sísmico del 2011. Una de ellas está relacionada con una cabina telefónica ubicada en un pueblo llamado Otsuchi. Se trata de una historia conmovedora que no puedes dejar de conocer.
LA CABINA PARA HABLAR CON LOS MUERTOS
Uno de los habitantes del pueblo de Otsuchi, llamado Itaru Sasaki, se encontraba de duelo por la muerte de un familiar durante el sismo. Entonces, se le ocurrió una particular idea para sobrellevar la tristeza.
Itaru Sasaki instaló una cabina telefónica a orillas del océano pacífico. Lo que hacía era entrar a esa estructura y discar el número telefónico de su familia. Para ello, colocó un antiguo teléfono en el sitio.
En ese lugar, se siente la brisa del mar. Se tiene la impresión de que las palabras se las lleva el viento, llegando hasta los difuntos. Sasaki hablaba con su familiar, le preguntaba cómo estaba y cómo se sentía.
La respuesta a sus palabras eran los silbidos del viento. Una suerte de respuesta de los muertos, unas palabras que venían desde el más allá, una brisa que lo ayudaba a sobrellevar el duelo tan terrible que estaba viviendo.
LA CABINA DE LOS MUERTOS TIENE MUCHOS USUARIOS
En medio de otras historias menos románticas, como la referente a las camas antisexo de la Villa Olímpica, la historia de esta cabina se ha ganado el corazón de la gente. Además, muchas personas la usan para comunicarse con los fallecidos.
Se ha convertido en un ritual: la gente se coloca la cabina y utiliza el antiguo teléfono negro. Marcan el número de la gente que ya no está en este plano terrenal y entonces, hablan y se sienten aliviados al escuchar el viento como respuesta.
¿Es esta una historia real? ¡Claro que sí! En el pueblo de Otsuchi se usa esta estructura para comunicarse con los difuntos. Algo que ha captado la atención y los sentimientos de muchas personas.