El millonario excéntrico que convirtió una base militar de la Guerra Fría en el mayor cazador de ovnis del mundo
William Sachiti, inventor y empresario, ha transformado una antigua estación de radar de la RAF en un centro de inteligencia artificial dedicado a rastrear fenómenos aéreos no identificados.
En un mundo donde los millonarios suelen gastar sus fortunas en yates, propiedades de lujo o equipos deportivos, William Sachiti ha elegido un camino radicalmente distinto. Este empresario zimbabuense de 41 años, conocido por sus innovaciones en robótica e inteligencia artificial, ha adquirido una abandonada base de la Royal Air Force (RAF) en Norfolk, Reino Unido, para un propósito inusual: cazar ovnis.
De la Guerra Fría a la caza de fenómenos aéreos
La RAF Neatishead, construida durante la Guerra Fría como parte del sistema de defensa aérea británico, permaneció en desuso durante décadas hasta que Sachiti la adquirió en 2022. Su objetivo inicial era utilizarla como centro de pruebas para sus vehículos autónomos y robots, pero pronto descubrió el potencial oculto en el gigantesco radar Tipo 84 que domina el paisaje.
Aunque Sachiti admite no ser un experto en radares, su dominio de la inteligencia artificial le permitió crear RadarBot, un sistema que analiza señales de radar con una precisión nunca antes vista. “Introduje todos los manuales técnicos del radar en una IA y la convertí en el mejor experto del mundo en la materia”, explicó al Daily Mail durante una visita exclusiva a su peculiar residencia.
Un “supervillano” con un laboratorio futurista
La base, que él mismo describe como una “guarida de supervillano”, combina elementos de un museo militar con el taller de un inventor excéntrico. Entre los restos de búnkeres y fortines, Sachiti ha introducido ciervos escoceses y planea añadir flamencos en estanques artificiales. Sin embargo, no todo ha sido sencillo: ha enfrentado vandalismo, amenazas e incluso el asesinato de sus animales, lo que lo ha llevado a vivir en un relativo aislamiento.
Pero lejos de desanimarse, ha dedicado su tiempo a perfeccionar su red de detección de ovnis. Utilizando el radar secundario de vigilancia (SSR), su sistema puede rastrear cualquier objeto en un radio de 250 millas usando señales reflejadas por aviones comerciales. “Es como si cada aeronave en el cielo se convirtiera en un faro que ilumina lo invisible”, explicó.
Una red global de cazadores de ovnis
Lo más sorprendente es que Sachiti ha decidido compartir su tecnología de forma gratuita. Cualquier persona puede descargar su software y unirse a la que él llama “la mayor base de datos de ovnis del mundo”. Con solo 20 antenas estratégicamente ubicadas, todo el espacio aéreo británico podría ser monitoreado en tiempo real.
Aunque el sistema podría tener aplicaciones militares, como la detección de drones, Sachiti insiste en que su motivación es puramente lúdica y científica. “Soy un hippie alegre, no me interesa fabricar armas”, afirmó. Su fascinación por los ovnis se remonta a su infancia en Zimbabwe, donde fue testigo indirecto del famoso avistamiento de la Escuela Ariel en 1994, un evento que marcó a toda una generación.
¿Extraterrestres o tecnología desconocida?
Aunque Sachiti cree firmemente en la existencia de ovnis, se muestra escéptico sobre su origen extraterrestre. “Si hubiera una especie tan superior a nosotros como nosotros lo somos de los chimpancés, quizá ni siquiera seríamos capaces de percibirla”, reflexionó. Para él, la verdad podría estar en tecnologías humanas aún no reveladas o en fenómenos naturales mal entendidos.
Mientras tanto, desde su búnker nuclear reconvertido en laboratorio, Sachiti sigue experimentando, rodeado de asistentes de IA y con un radar apuntando al cielo. Su proyecto puede parecer excéntrico, pero demuestra que, a veces, la frontera entre la ciencia ficción y la innovación real es más difusa de lo que creemos.