El misterio del Arca de Noé: La leyenda en el Monte Ararat y sus posibles restos
Cada cierto tiempo, las noticias hacen eco de referencias al Arca de Noé y la posible presencia de sus restos en la parte más alta del Monte Ararat, en la zona este de Turquía. Este lugar alberga una gran “anomalía”, que según algunos, podría ser el legendario Arca de Noé.
Según relata la Biblia (Génesis 6, 13-15), Dios instruyó a Noé para construir un arca de madera de dimensiones considerables: trescientos codos de longitud, cincuenta codos de anchura y treinta codos de altura. Se dice que esta embarcación debía ser lo suficientemente robusta como para resistir una catastrófica inundación que, según el relato, devastó el planeta durante 40 días y 40 noches. Tras el diluvio, el Arca se posó en el Monte Ararat, en Turquía, según la tradición.
El Monte Ararat, el pico más alto de Turquía con 5,165 metros sobre el nivel del mar, es un volcán inactivo cuya cima está permanentemente cubierta de nieve. Además de ser un símbolo de identidad para Armenia, el Ararat es una pieza clave en la historia y la cultura de la región.
En una misión de vigilancia rutinaria, un avión de las Fuerzas Aéreas estadounidenses descubrió el 17 de junio de 1949 una anomalía sobre el Monte Ararat. En 1950, el alpinista francés Fernand Navarra encontró restos de madera que, según análisis de carbono 14, tenían una antigüedad de más de 7,000 años.
Ante el temor de la posible presencia de artefactos soviéticos en las cercanías de la OTAN, la CIA envió aviones espía para fotografiar el área. Estas imágenes se mantuvieron secretas hasta 1995, revelando que la anomalía coincidía con el lugar tradicionalmente asociado al Arca de Noé. Existen afirmaciones de que la CIA incluso habría desenterrado los restos bíblicos.
Uno de los pilotos de los aviones espía, James Irwin, más tarde se unió a la NASA y participó en la misión Apolo XV, pisando la Luna en 1971. Tras su regreso, y luego de un tiempo en un sanatorio psiquiátrico, dedicó su vida a la búsqueda del Arca de Noé.
La anomalía se encuentra a 4,663 metros de altura en la zona noreste del Monte Ararat, cubierta por hielo. Su tamaño, según imágenes satelitales, es de 309 metros, lo que equivale a los 300 codos que se mencionan en el libro del Génesis como la medida del Arca de Noé. Esta anomalía es más grande que el Titanic y el Bismarck, y se asemeja a los portaaviones modernos.
A pesar de los años y las numerosas expediciones y exploraciones en busca del Arca de Noé en el Monte Ararat aun no hay pruebas concretas de la existencia del Arca siguen siendo esquivas y controvertidas. Algunos investigadores han informado haber encontrado restos de madera y estructuras en las laderas del monte, pero estas afirmaciones no han sido confirmadas de manera concluyente.
El enigma del Arca de Noé perdura en la historia, manteniendo viva la curiosidad y la fascinación de quienes buscan entender los misterios del pasado y su posible conexión con relatos antiguos. Aunque las pruebas científicas son limitadas y las interpretaciones diversas, el Monte Ararat sigue siendo un punto de referencia en la exploración de la historia y la fe.