El Misterio del OVNI de Kingman: Nuevos documentos filtrados revelan la verdad oculta por décadas

El incidente OVNI de 1947 en Roswell marcó un antes y un después en la historia de la ufología, pero un evento menos conocido ocurrido en 1953 en Kingman, Arizona, podría ser aún más impactante. Documentos gubernamentales recientemente filtrados parecen arrojar nueva luz sobre este misterioso suceso, alimentando las teorías que han circulado por casi tres cuartos de siglo.

El 21 de mayo de 1953, en las afueras de Kingman, una pequeña ciudad del desierto de Mojave, varios testigos presenciaron lo que describen como un OVNI cayendo del cielo nocturno. El autor Preston Dennett, experto en el tema, ha catalogado este incidente como “uno de los accidentes OVNI mejor verificados en los Estados Unidos”. Según Dennett, múltiples fuentes y testigos confirmaron la presencia de al menos un objeto volador no identificado que se estrelló cerca de la localidad.

Sin embargo, los detalles del incidente no se detienen ahí. Harry Drew, historiador local y documentalista, afirma que esa noche no fue uno, sino tres los OVNIs que cayeron en la región. Según Drew, los testigos describieron haber visto hasta ocho objetos voladores involucrados en una aparente batalla en el cielo. Uno de estos objetos se estrelló contra una montaña y se incendió, otro fue encontrado intacto en el desierto, y el tercero cayó cerca de un pequeño embalse. Documentos militares desclasificados señalan que estos eventos coincidieron con una serie de pruebas nucleares conocidas como Operación Upshot-Knothole, realizadas en el cercano desierto de Nevada.

La teoría de Drew ha sido debatida en círculos ufológicos, especialmente su afirmación de que un radar experimental pudo haber derribado las naves. Sin embargo, Dennett respalda la idea de una fuerte respuesta militar en la zona, destacando que al menos 40 funcionarios fueron enviados a uno de los sitios del accidente. El objeto recuperado fue descrito como metálico, de forma ovalada, con ojos de buey, y en su interior se encontraron entre dos y cuatro humanoides, de alrededor de cuatro pies de altura, con grandes ojos y vestidos con trajes metálicos.

Uno de los aspectos más inquietantes del caso es la implicación de un alto secreto militar. Según Dennett, uno de los científicos involucrados en la recuperación de los objetos fue identificado bajo el nombre en clave de Fritz Werner, que más tarde se reveló como Arthur Stansel. Este científico tenía la tarea de analizar el impacto del objeto en el suelo, estimando que descendió a una velocidad de 1200 millas por hora. Años después, Stansel firmó una declaración jurada confirmando su participación en el incidente, un hecho que alimentó aún más las teorías de encubrimiento.

La reciente filtración de textos gubernamentales ha añadido una nueva capa de misterio al caso. En una conversación parcialmente censurada compartida en las redes sociales, un ex alto funcionario de inteligencia afirmó que el público “quedaría boquiabierto” si supiera la verdad completa sobre lo ocurrido en Kingman. Esta revelación sugiere que el gobierno no solo está al tanto de lo sucedido, sino que también ha mantenido un estricto control sobre la información relacionada con los UAPs, incluyendo quiénes son los responsables de recuperar estos objetos y bajo qué autoridades operan.

El incidente de Kingman, que ha sido un enigma durante décadas, podría estar más cerca de ser resuelto gracias a las recientes filtraciones y la investigación continua de expertos como Preston Dennett. Aunque todavía queda mucho por descubrir, la creciente evidencia sugiere que este evento, lejos de ser una simple leyenda urbana, podría ser una de las claves para entender el fenómeno OVNI en su conjunto. Mientras el gobierno sigue lidiando con las implicaciones de este incidente, el misterio de Kingman continúa fascinando e intrigando a investigadores y entusiastas de todo el mundo.

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