El misterioso asesinato de Boguslav Tachek: Sectas, extraterrestres y una investigación policial fallida en la Polonia de los 90

La desaparición y brutal muerte de un devoto católico en Szczecin revela los oscuros secretos de la secta Antrovis y su conexión con un crimen que nunca fue resuelto.

En la primavera de 1995, el río Odra en Polonia devolvió a la superficie un misterio que había permanecido oculto durante meses. El cuerpo de Boguslav Tachek, un hombre de 38 años que había desaparecido en febrero de ese año, fue encontrado con múltiples heridas en la cabeza y una mutilación que dejó perplejos a los investigadores: había sido castrado antes de morir. Este crimen, aparentemente ritualístico, llevó a la policía a adentrarse en el oscuro mundo de las sectas, los ovnis y las creencias esotéricas que florecían en la Polonia postcomunista.

La desaparición de Boguslav Tachek:

El 21 de febrero de 1995, Marian Taczek, padre de Boguslav, esperaba en la estación de trenes de Szczecin la llegada de su hijo, quien viajaba desde Lübeck, Alemania, donde vivía con su esposa. Sin embargo, Boguslav nunca bajó del tren. Alarmado, Marian inició una búsqueda desesperada, contactando a la policía, psicoterapeutas e incluso a una adivina. Boguslav, un devoto católico, había mostrado recientemente un interés inquietante en grupos espirituales, lo que llevó a su familia a temer que hubiera caído en manos de una secta, asi lo señala el diario bielorruso news zerkalo

El hallazgo del cuerpo y las pistas macabras:

En abril de 1995, poco después de que la esposa de Boguslav hiciera un emotivo llamado en televisión pidiendo noticias de su marido, el cuerpo de este fue encontrado en el río Odra. La autopsia reveló que había sufrido múltiples golpes en la cabeza y una castración realizada con precisión quirúrgica. Estas señales apuntaban a un crimen ritual, lo que llevó a la policía a investigar la posible conexión con la secta Antrovis, un grupo religioso que mezclaba ufología, antisemitismo y esoterismo.

La secta Antrovis y sus creencias extremas:

Fundada por Edward Melnik, un exfogonero que afirmaba comunicarse con la Virgen María, Antrovis predicaba la llegada de extraterrestres que salvarían a la humanidad del inminente fin del mundo. Según Melnik, los polacos eran una raza superior destinada a ser evacuada a un planeta llamado Mirinda. Las enseñanzas de la secta incluían prácticas extremas, como la prohibición de tener hijos y la creencia en la manipulación de órganos humanos para construir naves espaciales.

Boguslav, quien había sido hipnotizado por miembros de la secta, les confió a sus familiares que temía que le extirparan órganos sanos. A pesar de las advertencias de su psicoterapeuta, continuó involucrado con el grupo, incluso llegando a reunirse con Melnik, quien lo convenció de que era uno de los “elegidos” para construir una nave espacial.

La investigación y el fracaso policial:

Aunque la policía vinculó a Antrovis con el asesinato de Boguslav, nunca se pudo probar la participación directa de sus miembros. Melnik negó conocer a la víctima, y los médicos asociados a la secta no pudieron ser imputados. El caso llegó a un punto muerto, y los archivos fueron destruidos en 2009 bajo circunstancias misteriosas.

El asesinato de Boguslav Tachek sigue siendo uno de los crímenes más enigmáticos de la Polonia moderna. Su muerte no solo expuso las peligrosas prácticas de sectas como Antrovis, sino también las limitaciones de las autoridades para enfrentar grupos que operan en los márgenes de la ley y la razón. Aunque el culto dejó de existir oficialmente, su legado de misterio y tragedia perdura, recordándonos los peligros de las creencias extremas y la manipulación espiritual.

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