El misterioso encuentro de Marius Dewilde: ¿El primer contacto extraterrestre documentado en Francia?
Un Vigilante Ferroviario y su Extraordinario Relato que Desafió la Explicación Racional
En la noche del 10 de septiembre de 1954, en la tranquila localidad de Quarouble, al norte de Francia, un hombre común se convirtió en el centro de uno de los casos más intrigantes de la ufología moderna. Marius Dewilde, un trabajador ferroviario de 33 años, afirmó haber tenido un encuentro cercano con dos seres de apariencia humanoide y un objeto no identificado que desafió toda lógica. Su testimonio, respaldado por evidencias físicas y testigos secundarios, sigue siendo estudiado décadas después como uno de los incidentes más convincentes en la historia de los avistamientos extraterrestres.
El Avistamiento que Cambió su Vida
A las 22:30 horas, Dewilde se encontraba en su casa junto a las vías del tren cuando su perro comenzó a ladrar de manera inusual. Al salir con una linterna para investigar, observó un objeto oscuro de aproximadamente seis metros de largo posado sobre los rieles. Detrás de él, escuchó pasos y, al iluminar la zona, distinguió dos figuras pequeñas, de no más de un metro de altura, con lo que parecían cascos reflectantes. En cuestión de segundos, un haz de luz lo paralizó mientras los seres ingresaban al artefacto, que despegó emitiendo un cambio de color antes de desaparecer en el cielo.
Lo que siguió fue aún más inquietante: Dewilde intentó alertar a su esposa y a un vecino, pero ninguno había presenciado el suceso. Al llamar a la policía, los agentes descubrieron que los dispositivos electrónicos de Dewilde, incluyendo su linterna y teléfono, habían dejado de funcionar sin explicación. Además, el testigo experimentaba náuseas al acercarse al punto del avistamiento, un detalle que reforzó la credibilidad de su relato.
Evidencias Inexplicables y Consecuencias Siniestras
Al amanecer, las autoridades encontraron una depresión de seis metros en las vías, con rocas carbonizadas y marcas simétricas en los durmientes de madera. Un tren que pasó por la zona horas después produjo un estruendo anormal, como si algo hubiera alterado la estructura de los rieles. Pero lo más perturbador fueron las secuelas: el perro de Dewilde murió tres días después, y en granjas cercanas se hallaron tres vacas desangradas sin rastros de violencia externa.
El caso ganó notoriedad gracias a la cobertura de la revista RADAR y fue uno de los primeros en ser investigados oficialmente por las autoridades francesas. Aunque nunca se llegó a una conclusión definitiva, el incidente de Quarouble se sumó a la oleada de avistamientos reportados en Europa durante la década de 1950, alimentando el debate sobre la posibilidad de vida inteligente más allá de nuestro planeta.
Un Legado que Persiste
Marius Dewilde mantuvo su versión hasta su muerte en 1996, sin buscar fama ni beneficio económico. Su experiencia, documentada en archivos militares y ufológicos, sigue siendo un enigma sin resolver. ¿Fue víctima de una alucinación colectiva, un experimento secreto, o realmente presenció un encuentro con seres de otro mundo? Las marcas físicas y los efectos biológicos sugieren que algo extraordinario ocurrió aquella noche en Quarouble.
Hoy, el caso Dewilde permanece como un recordatorio de que, en la inmensidad del cosmos, aún existen fenómenos que desafían nuestra comprensión.