El “OVNI del Báltico” Revela su verdadero origen: Una explicación científica tras 14 años de misterio
Geólogos desmienten teorías extraterrestres y confirman que la enigmática estructura submarina es producto de la última glaciación.
En las profundidades del mar Báltico, a 90 metros bajo la superficie, yace un objeto que durante más de una década ha alimentado especulaciones, teorías conspirativas e incluso relatos de ciencia ficción. Descubierto en 2011 por el equipo sueco Ocean X durante una expedición de sonar, el hallazgo pronto se viralizó como el “OVNI del Báltico” debido a su forma circular casi perfecta, de aproximadamente 60 metros de diámetro, y un misterioso rastro de 300 metros que se extiende desde él. Las imágenes, difusas pero sugerentes, mostraban contornos angulares que desafiaban las explicaciones convencionales, desatando un frenesí mediático que iba desde antiguas civilizaciones perdidas hasta naves interestelares hundidas.
La Leyenda del Objeto Anómalo
Los buzos de Ocean X reportaron anomalías inquietantes al acercarse al sitio: fallos en equipos electrónicos, interferencias en las comunicaciones y lecturas magnéticas irregulares. Estos testimonios, combinados con la morfología inusual del objeto, llevaron a titulares sensacionalistas que hablaban de “tecnología alienígena” o artefactos militares secretos de la Guerra Fría. Foros de ufología y documentales especulativos perpetuaron el mito, convirtiendo el caso en uno de los grandes enigmas submarinos del siglo XXI.
Sin embargo, la comunidad científica siempre mantuvo escepticismo. Geólogos y oceanógrafos argumentaron que las imágenes de sonar, aunque llamativas, eran de baja resolución y susceptibles a distorsiones. “Las formaciones glaciares pueden crear patrones sorprendentemente simétricos debido a la erosión y el arrastre de sedimentos”, explicó la Dra. Elin Andersson, geóloga marina de la Universidad de Estocolmo, en un informe publicado en 2023.
La Respuesta de la Ciencia: Un Origen Glaciar
Tras años de análisis, investigadores concluyeron que el “OVNI” es, en realidad, una formación natural creada durante la última glaciación, hace aproximadamente 12,000 años. Los glaciares que cubrían Escandinavia transportaron y depositaron masas rocosas, tallando superficies lisas y dejando surcos al retroceder. Las muestras extraídas del sitio confirmaron la presencia de granito, arenisca y basalto, minerales comunes en la región pero redistribuidos por fuerzas glaciares.
“Lo que se interpretó como ‘ángulos rectos’ es producto de fracturas naturales en la roca, típicas de estrés tectónico”, añadió el profesor Jens Holmström, experto en geomorfología. Respecto a las interferencias electrónicas, se atribuyeron a concentraciones locales de magnetita, un mineral con propiedades magnéticas, y no a tecnología desconocida.
Aunque la explicación científica es sólida, el caso sigue fascinando al público. Expediciones privadas continúan visitando el sitio, buscando respuestas alternativas o simplemente documentando un fenómeno que, aunque natural, no deja de ser extraordinario. “La ciencia resuelve enigmas, pero no mata la curiosidad”, reflexionó el explorador Stefan Hogerborn, miembro original de Ocean X.
El “OVNI del Báltico” se convierte así en un recordatorio de cómo la naturaleza puede superar a la ficción, y de cómo el ser humano proyecta sus mitos en lo desconocido. Su resolución, sin embargo, no resta valor a su importancia: es una ventana a los procesos geológicos que moldearon nuestro planeta.