El Pentágono Intensifica la Lucha contra Drones y Fenómenos Anómalos: Nueva Ley Reforzará la Seguridad Nacional

La Ley de Autorización de Defensa Nacional 2025 introduce un grupo de trabajo antidrones y amplía las investigaciones sobre objetos transmedia y UAP.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos está preparado para dar un salto significativo en su capacidad de respuesta frente a drones y fenómenos anómalos no identificados (UAP). Según el borrador preliminar de la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA) del año fiscal 2025, el Pentágono establecerá un nuevo grupo de trabajo antidrones (C-UAS) y fortalecerá su asociación con la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO).

El propósito de estas iniciativas es doble: reforzar las defensas contra sistemas aéreos no tripulados y explorar posibles vínculos entre drones avanzados y fenómenos aéreos misteriosos. La legislación busca actualizar las directrices militares y coordinar esfuerzos entre agencias para abordar amenazas crecientes a la seguridad nacional.

Drones y UAP: desafíos emergentes para la seguridad nacional

En los últimos meses, instalaciones militares clave tanto en Estados Unidos como en el extranjero han enfrentado un aumento en los avistamientos de drones. Bases de la Real Fuerza Aérea en el Reino Unido, como Lakenheath y Fairford, han estado bajo vigilancia activa debido a la presencia de pequeños drones misteriosos.

En Estados Unidos, episodios similares han ocurrido cerca de instalaciones sensibles, como la Base de la Fuerza Aérea Langley, mientras que informes recientes revelan avistamientos persistentes de drones en Nueva Jersey. Este fenómeno ha despertado preocupaciones entre legisladores y expertos en seguridad, que advierten sobre posibles implicaciones de contrainteligencia y riesgos para la aviación.

El senador Kirsten Gillibrand, presidenta del Subcomité de Servicios Armados sobre Amenazas y Capacidades Emergentes, enfatizó en una audiencia reciente la necesidad de herramientas más avanzadas para rastrear y contrarrestar estas amenazas. “Los drones no solo representan riesgos para la seguridad aérea, sino que también plantean serias preocupaciones de espionaje en los espacios aéreos más sensibles del país”, afirmó.

Un nuevo enfoque: el grupo de trabajo C-UAS

La Sección 925 de la NDAA ordena al Secretario de Defensa establecer un grupo de trabajo C-UAS dentro de los 30 días posteriores a la promulgación de la ley. Este equipo será responsable de revisar, consolidar y actualizar las directrices relacionadas con sistemas no tripulados para mejorar la protección de instalaciones militares en territorio estadounidense.

Además, cada instalación militar deberá emitir procedimientos operativos específicos para contrarrestar drones en un plazo máximo de 60 días tras la publicación de las nuevas directrices. Estos esfuerzos incluirán entrenamiento especializado para los comandantes de base y actualizaciones constantes a los comités de defensa del Congreso sobre los avances en la lucha contra drones.

La alianza entre AARO y el grupo antidrones

La Sección 1089 de la NDAA establece que AARO, la oficina dedicada a investigar UAP, colaborará estrechamente con el grupo antidrones. Este enlace permitirá el intercambio de datos técnicos sobre amenazas aéreas, desarrollo de capacidades de detección y procedimientos conjuntos de respuesta a incidentes.

AARO, que alcanzó recientemente su “capacidad operativa total”, ya ha comenzado a implementar tecnologías de detección avanzadas, como el sistema prototipo Gremlin, diseñado para identificar y rastrear objetos aéreos no convencionales. El sistema, desarrollado por el Instituto de Investigación de Georgia Tech, integra diversas modalidades de detección, como radares y cámaras, para caracterizar y responder a amenazas desconocidas.

El director de AARO, Jon Kosloski, explicó en una audiencia reciente cómo estas tecnologías también pueden aplicarse al combate contra drones. “El tipo de sensores que estamos desarrollando para rastrear UAP puede proporcionar beneficios significativos en la lucha contra drones. Planeamos compartir las mejores prácticas y, posiblemente, innovaciones tecnológicas adicionales con la comunidad C-UAS”, señaló.

¿Amenaza extranjera o fenómeno inusual?

Aunque los avistamientos de UAP a menudo se asocian con fenómenos inexplicables, los legisladores y expertos no descartan que algunos de estos casos puedan estar relacionados con drones avanzados operados por adversarios extranjeros. Esta posibilidad ha llevado a un llamado generalizado para una vigilancia más estricta y herramientas más sofisticadas de detección.

La arquitectura compartida entre la misión de AARO y los esfuerzos antidrones podría ser clave para abordar amenazas futuras. Según el proyecto de ley, la colaboración entre estas entidades debe centrarse en maximizar las capacidades de respuesta rápida y en garantizar la seguridad del espacio aéreo estadounidense.

Una estrategia integral para proteger el espacio aéreo

El proyecto de Ley de Autorización de Defensa Nacional 2025 representa un paso audaz hacia una estrategia unificada para enfrentar amenazas aéreas no tripuladas y fenómenos anómalos. Al fusionar las capacidades del grupo antidrones y AARO, el Pentágono busca abordar tanto los riesgos conocidos como los misterios sin resolver en el espacio aéreo.

A medida que estas iniciativas avanzan, los legisladores y expertos esperan que la tecnología desarrollada para detectar UAP también refuerce las defensas contra sistemas aéreos no tripulados, especialmente aquellos operados por posibles adversarios extranjeros.

Este esfuerzo subraya el compromiso del Departamento de Defensa de proteger sus instalaciones más sensibles y garantizar la seguridad del espacio aéreo nacional frente a amenazas emergentes y desconocidas.

 

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