El Primer intento de contacto extraterrestre: Cómo un astrónomo en 1924 desafió a la ciencia y al escepticismo para escuchar a marte

En agosto de 1924, en un esfuerzo que combinó ciencia, audacia y un toque de excentricidad, el astrónomo estadounidense David Todd emprendió una misión sin precedentes: escuchar señales de vida en Marte. En colaboración con el Ejército y la Marina de Estados Unidos, Todd diseñó un ambicioso proyecto que exigía el silencio de las estaciones de radio en todo el mundo durante cinco minutos cada hora durante tres días, con la esperanza de captar cualquier mensaje proveniente del Planeta Rojo.

Aprovechando la inusual cercanía de Marte a la Tierra en ese verano, Todd reunió a un equipo multidisciplinario que incluyó a un ingeniero pionero en imágenes en movimiento y un criptógrafo militar de primera línea. Con esta “Gran Escucha”, como se conoció al proyecto, Todd esperaba no solo detectar señales, sino quizás iniciar una conversación con seres extraterrestres.

El Escepticismo y la Ciencia en Colisión

El proyecto de Todd no estuvo exento de críticas. En una época en la que la idea de comunicarse con Marte era vista con escepticismo y, en algunos casos, con temor, muchos se mostraron reacios a creer en la posibilidad de éxito. Un profesor de Harvard desestimó la idea, argumentando que la radio no era la solución y que los cohetes a la Luna eran igualmente absurdos. A pesar de las dudas, Todd logró obtener la cooperación de varias estaciones de radio, aunque no a la escala global que había imaginado.

Mientras Todd y su equipo escuchaban con atención, captaron sonidos y patrones que, aunque intrigantes, no pudieron ser confirmados como señales de vida extraterrestre. Una impresión de ondas de radio parecía mostrar un “rostro dibujado de forma tosca”, y los operadores informaron haber escuchado sonidos extraños a través del código Morse, pero nada concluyente emergió de estos esfuerzos.

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En 1909, un periódico documentó los continuos esfuerzos del astrónomo
David Todd por establecer contacto con el Planeta Rojo. Todd inicialmente
quería utilizar un globo para transportar equipos de radio a una altitud de 10
millas.

Un Legado que Perdura

Aunque la misión de 1924 no logró su objetivo de contactar con vida en Marte, marcó un hito en la historia de la búsqueda de vida extraterrestre. Este intento pionero sentó las bases para lo que hoy conocemos como la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI, por sus siglas en inglés). Con el avance de la tecnología y el descubrimiento de ondas de radio provenientes de más allá de nuestro sistema solar, la ciencia ha continuado explorando la posibilidad de vida en otros mundos, ya no limitada a Marte, sino extendida a la vastedad del cosmos.

Hoy en día, proyectos como Breakthrough Listen, con un presupuesto de 100 millones de dólares, buscan señales de vida en sistemas estelares cercanos, mientras que otros esfuerzos apuntan a detectar pulsos láser y “megaestructuras” que podrían ser obra de civilizaciones avanzadas. Sin embargo, la pregunta sobre si es prudente tratar de comunicarse con extraterrestres sigue siendo un tema de debate.

El audaz intento de David Todd en 1924 de escuchar señales de Marte fue un precursor de la moderna búsqueda de vida extraterrestre, reflejando tanto la curiosidad innata del ser humano como los riesgos inherentes a explorar lo desconocido. Aunque su misión no tuvo éxito, su legado perdura en los esfuerzos continuos por descubrir si estamos solos en el universo. A medida que la ciencia avanza, seguimos enfrentando el dilema de si es prudente o no buscar contacto con inteligencias extraterrestres, conscientes de que las respuestas, si es que existen, podrían cambiar para siempre el curso de la humanidad.

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