El Satélite DSCOVR capta un Eclipse Solar de “Anillo de Fuego” desde el Espacio Profundo a mas de 1 millón de kilómetros de la tierra

El pasado fin de semana, el mundo fue testigo de un espectáculo cósmico asombroso: un eclipse solar de “anillo de fuego”. Lo que lo hace aún más extraordinario es que este fenómeno fue capturado de manera impresionante desde el espacio profundo por el satélite Deep Space Climate Observatory (DSCOVR). Esta asombrosa imagen del eclipse dejó a millones de observadores del cielo en toda América maravillados el pasado sábado 14 de octubre.

DSCOVR se encuentra en una posición única, ubicada a casi 1.6 millones de kilómetros (1 millón de millas) de distancia de la Tierra. Desde esta lejana perspectiva, la cámara del satélite capturó una vista fascinante de nuestro brillante planeta azul en contraste con la inmensidad oscura del espacio. Los tonos vibrantes de la Tierra se vieron atenuados en una amplia zona, que abarca gran parte de América del Norte, debido a la sombra oscura proyectada por la Luna durante el eclipse.

DSCOVR, producto de una colaboración entre la NASA, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, fue lanzado al espacio a bordo de un cohete SpaceX Falcon 9 en 2015, con destino al Punto 1 de Lagrange, un punto gravitacionalmente estable situado entre la Tierra y el Sol.

Si bien la principal misión de DSCOVR es monitorear el viento solar con el fin de mejorar las previsiones del clima espacial, también realiza numerosas observaciones de la Tierra a través del instrumento de la NASA conocido como EPIC, cuyo nombre es la abreviatura de “Cámara de imágenes policromáticas de la Tierra”. Debemos agradecer a EPIC por proporcionarnos esta vista impresionante del eclipse del pasado sábado.

Los eclipses solares ocurren cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol en un alineamiento perfecto. Esta coincidencia cósmica es relativamente rara debido a que la órbita de la Luna alrededor de la Tierra está inclinada aproximadamente 5 grados con respecto a la órbita de nuestro planeta alrededor del Sol.

Una peculiaridad que añade a la rareza de los eclipses solares es que, desde la perspectiva de la Tierra, tanto la Luna como el Sol tienen aproximadamente el mismo tamaño en el cielo. Esto permite que la Luna pueda bloquear por completo el disco solar en lo que se conoce como un eclipse solar total.

Sin embargo, la órbita de la Luna alrededor de la Tierra no es perfectamente circular, sino ligeramente elíptica, lo que significa que tiene un punto de aproximación más cercano (perigeo) y uno más lejano (apogeo). Si la Tierra, la Luna y el Sol se alinean adecuadamente alrededor del apogeo de la órbita lunar, se produce un eclipse de “anillo de fuego”. En este tipo de eclipse, la Luna no cubre completamente el Sol, dejando un brillante anillo de luz alrededor del disco lunar. Los afortunados que se encontraban en el “camino de anularidad” de 130 millas de ancho (209 kilómetros) pudieron presenciar este fenómeno el pasado sábado.

El satélite DSCOVR no fue la única nave espacial que registró el eclipse solar para la posteridad. Varios satélites en órbita terrestre también capturaron imágenes desde unos cientos de kilómetros de altura, mostrando la sombra de la Luna desplazándose hacia el sureste a través de los Estados Unidos continentales. Estas impresionantes imágenes son testimonio de la belleza y la importancia de la exploración espacial, que nos permite apreciar eventos cósmicos tan extraordinarios desde perspectivas únicas.

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