Estudio : Rayos Cósmicos Podrían Sostener Vida Subterránea en Marte y Lunas de Saturno y Júpiter

Estudio revela que la radiación espacial, antes considerada dañina, podría ser clave para la supervivencia microbiana en mundos sin luz solar

En un giro sorprendente para la astrobiología, científicos de la Universidad de Nueva York en Abu Dabi han descubierto que los rayos cósmicos, tradicionalmente vistos como un peligro para la vida, podrían ser la fuente de energía que sustente organismos en las profundidades de planetas y lunas sin luz solar. La investigación, publicada en el International Journal of Astrobiology, amplía los límites de la búsqueda de vida extraterrestre, sugiriendo que mundos fríos y oscuros, como Marte, Encélado y Europa, podrían albergar ecosistemas microscópicos bajo su superficie.

Radiación que Alimenta la Vida en la Oscuridad

Dirigido por Dimitra Atri, astrofísico del Centro de Astrofísica y Ciencias Espaciales (CASS), el estudio desafía el paradigma de que la vida requiere luz solar o actividad geotérmica para prosperar. En cambio, propone que la radiación ionizante de los rayos cósmicos, al interactuar con agua subterránea, podría desencadenar reacciones químicas similares a la fotosíntesis, proporcionando energía a microorganismos adaptados a entornos extremos.

Este proceso, conocido como radiólisis, ocurre cuando partículas de alta energía descomponen moléculas de agua, liberando electrones que ciertas bacterias terrestres utilizan como combustible. En la Tierra, se ha documentado este fenómeno en minas profundas y sedimentos oceánicos, donde microbios como Desulforudis audaxviator sobreviven sin luz solar, alimentándose únicamente de la energía generada por la desintegración radiactiva de minerales.

Simulaciones de Supervivencia Extraterrestre

El equipo modeló el flujo de rayos cósmicos en tres cuerpos celestes prometedores: Marte, cuya delgada atmósfera permite mayor penetración de radiación; Encélado, luna de Saturno con un océano global bajo su corteza helada; y Europa, satélite de Júpiter con actividad hidrotermal. Los resultados indicaron que:

Encélado presenta las condiciones más favorables, gracias a su gruesa capa de hielo que atrapa la radiación y su potencial química hidrotermal.

Marte ocupa el segundo lugar, con depósitos subterráneos de agua salada que podrían actuar como reservorios para microbios radiolíticos.

Europa, aunque con menor flujo de rayos cósmicos, aún podría albergar vida en grietas donde el hielo se mezcla con sales minerales.

“Esto redefine la Zona Habitable”, explicó Atri. “Ya no se trata solo de planetas templados, sino de cualquier mundo con agua y radiación suficiente para activar la radiólisis”.

Hacia una Nueva “Zona Habitable Radiolítica”

El concepto de Zona Habitable Radiolítica podría revolucionar la exploración espacial. Misiones futuras, como el Mars Life Explorer de la NASA o el Enceladus Orbilander, podrían equiparse con sensores diseñados para detectar subproductos metabólicos de bacterias que consumen electrones. Además, este enfoque abre la puerta a estudiar exoplanetas sin atmósferas densas, donde la radiación cósmica alcanzaría directamente terrenos subsuperficiales.

“Si la vida puede surgir en las profundidades de la Tierra sin fotosíntesis, ¿por qué no en otros lugares del universo?”, cuestionó Atri. “Los próximos años serán cruciales para probar esta hipótesis”.

El estudio no solo expande los horizontes de la astrobiología, sino que también ofrece una perspectiva esperanzadora: la vida podría ser más resistente y ubicua de lo que creíamos, oculta en las sombras de mundos que, hasta ahora, considerábamos inhóspitos.

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