Estudio revela cómo los niños aprenden nuevas palabras
Si un niño se desarrolla entre personas con un vocabulario rico, entonces, en promedio, desde el momento en que emite los primeros sonidos, en cuestión de años domina varios miles de palabras.
Se trata de una obra titánica, sobre todo si se tiene en cuenta que más de la mitad de las palabras se refieren a cosas que son casi imposibles de dibujar o describir. Para comprender los detalles del proceso de aprendizaje de nuevas palabras, los científicos estadounidenses construyeron un nuevo modelo digital.
Los niños pequeños tienen una comprensión extremadamente pobre del mundo y su estructura, por lo tanto, cuando dominan nuevas palabras, tienen tres fuentes principales de información. Conocimientos personales, consejos de profesores e información contextual. Por ejemplo, si un niño ya sabe qué es un “gato”, escucha el mensaje “El gato dice miau” y luego se le muestra un perro que hace “guau-guau”, entonces llega a la conclusión de que esto no es un gato. Cuatro patas y una cola, pero el resto de los signos no coinciden, esto es otra cosa.
El orden correcto de la información y el contenido de las indicaciones son esenciales para una enseñanza eficaz. Un programa cognitivo creado por científicos toma un conjunto de datos de entrada y modela muchas combinaciones de nueva información para estimar qué tan rápido y correctamente un niño podrá aprender nuevas palabras durante tales lecciones. Esto le permite evaluar la complejidad de la empresa y descartar planes de formación poco prometedores por adelantado.
Las pruebas prácticas con la participación de niños mostraron una correspondencia de casi el 100% de los resultados del programa con la situación real. Pero esto es solo el comienzo, los primeros pasos hacia la comprensión de cómo exactamente el cerebro del niño aprende cosas nuevas. Por ejemplo, también es necesario tener en cuenta factores como el proceso de crecimiento, el entorno de los niños, la influencia de su comunicación entre ellos, el grado de confianza en los adultos que imparten las lecciones. Esto permitirá una mayor flexibilidad en la construcción de un programa de capacitación, agregando o excluyendo fuentes de información del mismo, según su utilidad.