Francia se prepara para el debate parlamentario sobre los UAPs

Tras el impacto de las revelaciones en EE.UU., altos cargos de la Defensa y el Armamento galo anticipan escenarios y se movilizan para ofrecer respuestas técnicas y estratégicas a una posible demanda política.

En los salones de la École Militaire de París, epicentro del pensamiento estratégico francés, el debate ha dejado de circunscribirse a las amenazas convencionales. La discusión sobre los Fenómenos Aeroespaciales No Identificados (FANI), antes confinada a los márgenes de la ufología, ha irrumpido con fuerza en los círculos de defensa, impulsada por la presión transatlántica y la necesidad de anticipación. Mientras el Congreso de EE.UU. celebra audiencias y desclasifica videos, Francia, pionera en la investigación oficial del fenómeno, evalúa saldar una deuda de decades de silencio y prepararse para un inevitable interrogatorio parlamentario.

La iniciativa partió de Vision Radar, una asociación cofundada por un exmiembro de la Dirección General de Armamento (DGA), que reunió a principios de septiembre a una cincuentena de expertos civiles y militares. El objetivo no era especular sobre orígenes extraterrestres, sino abordar con rigor metodológico cómo las instituciones de defensa interpretan y gestionan estos fenómenos anómalos que, validados por sensores, desafían la comprensión tecnológica actual.

La chispa que reactivó el interés global fueron los videos desclasificados por el Pentágono hace ocho años, mostrando objetos con capacidades hipersónicas y maniobras que violan las leyes de la física conocidas. Este hecho forzó una transparencia fragmentada en EE.UU., donde el Congreso, la inteligencia e incluso la NASA han admitido la realidad de los FANI, aunque sin suscribir hipótesis alienígenas. Este nuevo contexto internacional ha fracturado el tabú y obliga a las demás potencias a posicionarse.

En Francia, la respuesta comienza a gestarse desde la anticipación estratégica. Ludovic Chaker, Delegado General Adjunto de Armamento a cargo de la anticipación en la DGA, confirmó en la mesa redonda que su departamento se está preparando para posibles preguntas de la Asamblea Nacional. “Si mañana nos movilizamos por el tema FANI, aún se requerirá algún tipo de preparación”, afirmó. Su misión es “pensar en lo desconocido” y para ello no descarta ninguna herramienta, incluido el “Equipo Rojo de Defensa”, que colabora con autores de ciencia ficción para desarrollar escenarios disruptivos y realistas que ayuden al ejército a ampliar su marco mental.

La posibilidad de una comisión de investigación parlamentaria en Francia es considerada plausible. Sylvain Maisonneuve, exasesor ministerial y autor del libro “OVNIs, l’enquête déclassifiée”, reveló que tras su publicación varios diputados consideraron abrir dicha investigación. Aunque el contexto político no fue el idóneo entonces, un simple interrogatorio formal a un ministro podría activar los engranajes del Estado. Chaker supone que, de ser una pregunta técnica, recaería en la DGA, al ser “los únicos con capacidad de ingeniería inversa” dentro del aparato estatal.

Un legado pionero y un vacío contemporáneo

Francia cuenta con un historial de vanguardia en la investigación oficial de estos fenómenos. En 1977 creó el GEIPAN (Grupo de Estudio e Información sobre Fenómenos Aeroespaciales No Identificados), dependiente del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES). Pierre Bescond, ingeniero general de Armamento y coautor de un exhaustivo informe sobre FANIs en 1999, elogió el valor de su fundador, Yves Sillard: “Hace 50 años, cuando hablábamos de OVNIs, nos consideraban un poco locos”.

Sin embargo, ese impulso inicial se estancó. El informe de 1999, distribuido al más alto nivel, incluido el entonces primer ministro Lionel Jospin, no obtuvo respuesta alguna. Maisonneuve lamenta este “vacío total desde la década de 2000”, contrastándolo con el liderazgo inicial. Aunque el GEIPAN sigue operativo, publicando sus casos en línea, lo hace con recursos limitados y apoyándose en investigadores voluntarios.

A pesar de este resurgir del debate, el Ministerio de las Fuerzas Armadas galo aclara que los avistamientos inexplicados por pilotos militares son extremadamente raros: “una o dos” veces al año, y suelen ser explicados rápidamente, a menudo como confusiones con fenómenos atmosféricos o, más recientemente, con constelaciones de satélites como Starlink.

El resurgimiento del interés por los FANI no se trata de una caza de marcianitos, sino de una cuestión de seguridad nacional, anticipación estratégica y transparencia democrática. Francia, con su tradición pionera, parece estar despertando de un letargo de dos décadas, impulsada por el terremoto político-mediático ocurrido al otro lado del Atlántico. La preparación de la DGA para un eventual debate parlamentario señala un cambio de paradigma: lo que antes era un tema marginal y ridiculizado se está trasladando con cautela, pero con firmeza, a las salas donde se delibera sobre la defensa y el futuro del país. El camino ya no es si investigar o no, sino cómo hacerlo con el rigor y la seriedad que exigen los tiempos.

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