La adicción a las redes sociales afecta significativamente el cerebro de los adolescentes

Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte instaron a no sacar conclusiones precipitadas de los resultados de su observación de la influencia de las redes sociales en el desarrollo de los adolescentes. Porque ellos mismos no pudieron llegar a conclusiones inequívocas, excepto que existe tal influencia y es muy fuerte. La fascinación por las redes sociales cambia literalmente el cerebro de los niños, pero la pregunta es: ¿es bueno o malo?

El estudio involucró a 169 estudiantes de secundaria, a partir de la edad de 12 años. Los científicos estaban interesados ​​principalmente en su desarrollo como miembros de la sociedad, el desarrollo de habilidades para la toma de decisiones basadas en la evaluación de los demás. En pocas palabras, qué importante es que los niños reciban recompensas y castigos no materiales en forma de sonrisas, gestos de aprobación, comentarios positivos o negativos sobre sus acciones, en este caso, sobre publicaciones en las redes sociales.

Resultó que inicialmente quienes consultan con frecuencia las redes sociales, desde 15 veces al día o más, reaccionaron poco a las reacciones sociales. Y aquellos que visitaron sus páginas 1-2 veces al día, por el contrario, fueron muy sensibles a cada emoticón o me gusta. Pero unos años más tarde, la imagen cambió por completo, los habituales de las redes sociales comenzaron a reaccionar con mucha ansiedad a todas las actualizaciones en el feed, y los visitantes raros de las redes sociales eran prácticamente indiferentes a lo que aparecía allí.

Paralelamente, se realizaron escáneres cerebrales de adolescentes, lo que permitió detectar cambios notorios en la amígdala, que está asociada con el procesamiento de las emociones y la memoria. Esto sienta las bases para la formación de la personalidad, para la futura edad adulta. Quizás esto sea solo un comportamiento adaptativo, que se debe a la necesidad de las personas modernas de vivir en un mundo digital cambiante. Pero es posible que estemos hablando de algo más significativo, que los científicos aún no pueden entender.

rt

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