La Administración Federal de Aviación de los EE.UU. busca reemplazar tecnologías de los años 90 que aún dependen de disquetes y Windows 95

En pleno 2025, mientras la inteligencia artificial y la computación cuántica avanzan a pasos agigantados, la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos sigue utilizando sistemas de control de tráfico aéreo basados en tecnologías de finales del siglo XX. Disquetes de 40 años de antigüedad, tarjetas de vuelo electrónicas con información escrita a mano y sistemas operativos como Windows 95 forman parte de una infraestructura crítica que, según expertos, está al borde del colapso.

El jefe de la FAA, Chris Rocheau, ha anunciado planes para eliminar gradualmente estos sistemas obsoletos, que almacenan datos esenciales como el distintivo de llamada, el tipo de aeronave y la altitud. Sin embargo, el proceso de modernización no será sencillo. Más de un tercio de estos sistemas comenzaron a presentar fallos graves en 2023, evidenciando la urgencia de una transición tecnológica.

Un Problema de Estabilidad y Costo

Los sistemas actuales, diseñados en la década de 1990, fueron certificados para operar sin interrupciones, lo que complica su reemplazo. Apagarlos, aunque sea por minutos, podría generar riesgos en la seguridad aérea. Esta dependencia de tecnología arcaica ha convertido la modernización en un proyecto extremadamente complejo y costoso.

La FAA ha iniciado un proceso de licitación para contratar empresas especializadas en la actualización de su infraestructura. Según el secretario de Transporte de EE. UU., Sean Duffy, el proyecto podría extenderse hasta cuatro años y requerir una inversión de decenas de miles de millones de dólares.

El Futuro de la Gestión del Tráfico Aéreo

Mientras la FAA trabaja en esta transición, la pregunta que surge es cómo una potencia tecnológica como Estados Unidos ha permitido que su sistema de aviación dependa de herramientas tan anticuadas. Aunque la seguridad aérea se ha mantenido hasta ahora, los riesgos asociados a fallos técnicos son cada vez más latentes.

La modernización no solo implica cambiar hardware y software, sino también capacitar al personal y garantizar que los nuevos sistemas sean compatibles con las normativas internacionales. En un mundo donde la automatización y la inteligencia artificial están transformando la aviación, la FAA enfrenta el reto de ponerse al día sin comprometer la seguridad de millones de pasajeros.

La FAA se encuentra en una encrucijada tecnológica. Aunque el proceso de actualización será largo y costoso, es un paso necesario para mantener la eficiencia y seguridad en el control del tráfico aéreo. Este caso sirve como recordatorio de que incluso las naciones más avanzadas deben invertir en modernizar su infraestructura crítica para no quedar atrapadas en el pasado.

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