La Búsqueda de Vida en Marte se Complica: La Radiación Estelar Podría Borrar las Pruebas

Un nuevo estudio revela que la radiación cósmica podría degradar las biofirmas de vida en el Planeta Rojo

La exploración espacial ha dado pasos agigantados en la búsqueda de vida fuera de la Tierra. Marte, un planeta que en su pasado albergó agua líquida y condiciones potencialmente habitables, ha sido un objetivo clave para los astrobólogos. Sin embargo, un nuevo estudio dirigido por Anais Roussel (G’24), investigadora postdoctoral y geoquímica orgánica de Georgetown, sugiere que la radiación cósmica podría estar dificultando esa búsqueda.

La investigación de Roussel explora cómo la radiación de supernovas, estrellas explotando a millones de años luz, afecta a los biomarcadores en Marte. Esto podría significar que muchas de las evidencias de vida antigua en el Planeta Rojo podrían haberse degradado con el paso del tiempo, reduciendo las posibilidades de encontrar rastros químicos concluyentes de vida pasada.

La radiación: un obstáculo para la detección de vida pasada

Marte comparte algunas características con la Tierra: formación geológica similar, una historia de presencia de agua y una edad aproximada de 4.600 millones de años. Sin embargo, a diferencia de nuestro planeta, Marte perdió su campo magnético y su atmósfera hace aproximadamente 4.000 millones de años, exponiéndose a intensas radiaciones cósmicas.

En su estudio, Roussel analizó biomarcadores como los hopanos y esteranos, compuestos lipídicos que forman parte de las membranas celulares y son considerados fuertes indicadores de vida. Para evaluar el impacto de la radiación cósmica en estas moléculas, la investigadora colaboró con la NASA para simular millones de años de exposición en un laboratorio.

Los resultados fueron contundentes: después de irradiar las muestras con el equivalente a 15 millones de años de radiación cósmica, solo quedaba el 20% de los esteranos y entre el 50 y 60% de los hopanos. Esto implica que, tras 4.000 millones de años, las probabilidades de encontrar signos químicos de vida en la superficie marciana son extremadamente bajas.

La paradoja de la sal en la conservación de biomarcadores

Uno de los aspectos más fascinantes de la investigación de Roussel es la relación entre la sal y la radiación en Marte. En la Tierra, los entornos salinos han demostrado ser excelentes conservantes de biomarcadores durante millones de años. No obstante, los experimentos de Roussel indican que la combinación de sal y radiación acelera drásticamente la degradación de biomarcadores en Marte.

Cuando expuso muestras de hopanos y esteranos en un entorno salino a la radiación, se deterioraron hasta seis veces más rápido que en otras condiciones. Esto plantea un reto adicional para los astrobólogos, ya que los lugares ricos en sal, que antes parecían idóneos para la búsqueda de vida, podrían en realidad ser los peores sitios para encontrar evidencia intacta.

Implicaciones para futuras misiones espaciales

Los hallazgos de Roussel no solo desafían la comprensión actual sobre la conservación de biomarcadores, sino que también podrían cambiar la estrategia de exploración de Marte. Actualmente, los rovers de la NASA, como Curiosity y Perseverance, buscan signos de vida en la superficie marciana. Sin embargo, si los biomarcadores se descomponen rápidamente en estas condiciones, es posible que las evidencias más valiosas se encuentren a mayor profundidad, donde la radiación no ha penetrado tanto.

En este contexto, la próxima misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) planea enviar un explorador a Marte que podrá perforar hasta dos metros de profundidad. Esto podría proporcionar acceso a muestras menos afectadas por la radiación, aumentando las posibilidades de encontrar rastros de vida antigua.

Un llamado a la investigación continua

A pesar de las dificultades, Roussel enfatiza la importancia de continuar investigando. Sus experimentos plantean nuevas preguntas: ¿Cómo afectan otros tipos de radiación a los biomarcadores? ¿Existen tipos de rocas que sean más resistentes a la degradación radiactiva?

“Espero que esto motive a otros científicos a probar distintos escenarios de radiación”, declara Roussel. “Juntos, podemos mejorar nuestros experimentos y asegurarnos de que hemos explorado todas las posibilidades antes de concluir que no hubo vida en Marte”.

El estudio de Roussel redefine los desafíos de la astrobiología en Marte y subraya la complejidad de encontrar pruebas de vida fuera de la Tierra. A medida que las misiones espaciales se aventuran más allá, la ciencia sigue adaptándose para desentrañar los misterios del universo.

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