La carrera por encontrar vida extraterrestre: ¿Ignoró la ciencia las advertencias de Stephen Hawking?

Mientras gobiernos y científicos compiten por ser los primeros en descubrir vida alienígena, resurgen las preocupaciones del físico sobre los riesgos de un contacto imprudente.

En los últimos años, la búsqueda de vida extraterrestre ha pasado de ser una especulación científica a una prioridad para agencias espaciales, proyectos privados y gobiernos. Misiones como el telescopio James Webb, el programa SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) y las investigaciones militares sobre fenómenos aéreos no identificados (UAP) reflejan un impulso global por responder una de las preguntas más antiguas de la humanidad: ¿Estamos solos en el universo? Sin embargo, en medio de esta carrera, resurgen las advertencias del célebre físico Stephen Hawking, quien alertó que un contacto apresurado con civilizaciones avanzadas podría ser un error catastrófico.

La Advertencia Ignorada

En los años previos a su muerte en 2018, Hawking comparó el posible encuentro con extraterrestres con la llegada de Colón a América: un evento que, lejos de ser pacífico, desencadenó la conquista y el sufrimiento de las poblaciones nativas. “Si los extraterrestres nos visitan, el resultado podría ser similar”, declaró en su serie Into the Universe (2010). Su preocupación se basaba en un principio simple: una civilización capaz de viajar interestelarmente probablemente superaría a la humanidad en tecnología y, posiblemente, en beligerancia.

Hawking apoyaba la búsqueda pasiva de vida extraterrestre —como escuchar señales de radio—, pero se oponía firmemente a iniciativas como METI (Mensajería a Inteligencias Extraterrestres), que envían mensajes deliberados al espacio. Para él, revelar nuestra ubicación sin conocer las intenciones de posibles civilizaciones era una temeridad. “Basta ver nuestra propia historia para imaginar escenarios que no querríamos repetir”, advirtió.

La Fiebre por el Contacto

A pesar de estas advertencias, la década pasada ha visto un auge en proyectos que buscan activamente comunicación extraterrestre. En 2016, el millonario Yuri Milner lanzó Breakthrough Listen, un esfuerzo respaldado por Hawking para rastrear señales cósmicas. Sin embargo, otro proyecto paralelo, Breakthrough Message —que planeaba transmitir mensajes interestelares— generó controversia. Hawking lo rechazó públicamente, pero otros científicos argumentaron que “el silencio ya no era una opción”, dado que las emisiones de radio terrestres llevan décadas filtrándose al espacio.

Mientras tanto, la desclasificación de videos militares de UAPs por parte de EE.UU. y las audiencias en el Congreso sobre avistamientos han alimentado teorías sobre visitas extraterrestres. Aunque no hay pruebas concluyentes, figuras como el exdirector de programas espaciales israelíes, Haim Eshed, han afirmado que “existe una federación galáctica en contacto con gobiernos”. Estas declaraciones, aunque marginales, reflejan un clima de especulación que Hawking habría considerado peligroso.

¿Optimismo Ingenuo o Necesidad Científica?

Los defensores del contacto activo, como el astrofísico David Grinspoon, sostienen que una civilización avanzada habría superado la agresión para sobrevivir a largo plazo. “Una especie interestelar probablemente sería cooperativa, o ya se habría autodestruido”, argumenta. Otros, como el físico Michio Kaku, admiten que el riesgo existe, pero insisten en que el potencial científico justifica la búsqueda.

No obstante, críticos como el filósofo Nick Bostrom comparan la estrategia con “gritar en una jungla oscura”: no sabemos qué depredadores podrían oírnos. Incluso Carl Sagan, optimista sobre la vida extraterrestre, pedía precaución: “La psicología alienígena podría ser incomprensible para nosotros”.

¿Un Paso Demasiado Lejos?

La obsesión por encontrar vida extraterrestre parece imparable, impulsada por avances tecnológicos y una sed humana de respuestas. Pero en medio de esta carrera, las palabras de Hawking resuenan como un recordatorio incómodo: el primer contacto podría no ser un apretón de manos interestelar, sino un punto de inflexión para la supervivencia humana. Mientras la ciencia avanza, la pregunta persiste: ¿Estamos preparados para las consecuencias de no estar solos?

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