La mayor parte de la vida en nuestro planeta vive bajo tierra.

La disminución de los rendimientos en varias regiones europeas obligó a los investigadores a realizar nuevos análisis del estado del suelo, que resultaron deprimentes. Alrededor del 65% de la tierra en Europa ya no puede llamarse “saludable”, y la razón de esto es la actividad humana. Esto se debe en gran parte al hecho de que la mayoría de la gente no tiene idea de la importancia del suelo para la vida en la Tierra.

Investigadores de la organización agrícola suiza Agroscope realizaron un extenso análisis de la biosfera del suelo y concluyeron que en él se encuentra el 59% de toda la vida del planeta. Alrededor del 88% de todas las bacterias de la Tierra viven aquí, el 85% de las plantas y el 90% de los hongos, así como el 4% de los animales. Pero ésta es una imagen primitiva y superficial, ya que los científicos admiten que saben muy poco sobre la vida en la capa superior del suelo y prácticamente nada sobre sus profundidades. Por ejemplo, no hay información exacta sobre la población de virus, aunque definitivamente están ahí.

biosfera La mayor parte de la vida en nuestro planeta vive bajo tierra.

El suelo no es solo suelo, sino un sistema extremadamente complejo que incluye agua, gases atrapados, muchos minerales e innumerables sustancias orgánicas. Se trata de un entorno dinámico: por ejemplo, los equidnas sueltan hasta 7 toneladas de tierra al año, y los renos y otros ungulados arrancan la nieve en busca de alimento y regulan así el estado del permafrost. El impacto del suelo sobre el clima, el medio ambiente, la seguridad alimentaria e incluso la salud humana no se puede subestimar.

El problema es que la actividad humana altera muchos de los procesos naturales del suelo. La erosión, la contaminación y los incendios cambian mucho su composición. La construcción en masa cubre el suelo con asfalto y hormigón, pierde la capacidad de absorber la precipitación, se altera el intercambio de gases y la flora y la fauna subterráneas sufren. Un daño aparte es el uso de fertilizantes y productos químicos en la agricultura. Pero lo peor de todo es que aún no se ha reconocido ni evaluado el verdadero alcance de la degradación biológica del suelo.

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