La nueva edición de los discos de oro de la Voyager revelará el lado oscuro de la humanidad a los extraterrestres
En el vasto lienzo del universo, los discos de oro embarcados en las legendarias sondas Voyager 1 y Voyager 2 representaron un enigma, un mensaje en una botella enviado por la humanidad para posibles civilizaciones alienígenas. En 1977, estas naves se lanzaron al espacio, portando placas informativas bañadas en oro que contenían grabaciones de sonidos e imágenes, retratando la Tierra y la humanidad en un intento de comunicación intergaláctica. Ahora, conforme estas naves exploran el espacio interestelar, científicos reflexionan sobre la necesidad de un nuevo mensaje para eventuales encuentros con formas de vida extraterrestre.
Un reciente artículo publicado en AGU Earth and Space Science ha generado debates sobre cómo debería ser este próximo “mensaje en una botella” para los seres de otros mundos, informa ScienceAlert. Los científicos argumentan que los registros y los nuevos mensajes de las Voyager no solo ofrecen conocimientos sobre nuestro planeta y la civilización humana, sino que también revelan el anhelo humano de conectarse con civilizaciones avanzadas más allá de nuestra esfera. Sin embargo, conceptualizar para quién o qué sería significativo en realidad esta información es una tarea desafiante, admiten los expertos.
Los autores del artículo expresan la expectativa de que una inteligencia extraterrestre pueda poseer al menos ciertas similitudes con la humanidad. Aún así, la pregunta persiste: ¿qué contenido debería incluirse en este nuevo mensaje?
Se sugiere la creación de un mensaje bifásico: una parte que contenga imágenes simples ilustrando datos básicos sobre la Tierra y la humanidad, y una pequeña minicomputadora capaz de almacenar cantidades masivas de información digital.
Los científicos apuntan a la necesidad de indicar a los extraterrestres nuestra ubicación en esta vasta galaxia y universo. Esto se lograría mediante imágenes de los objetos más destacados en la galaxia y nuestra posición en relación con ellos. Además, se proponen los púlsares como marcadores temporales, proporcionando información crucial sobre procesos cósmicos, con la esperanza de que una inteligencia extraterrestre también utilice estas estrellas de neutrones para comprender eventos temporales en el Universo.
Se enfatiza la importancia de incluir información sobre los logros tecnológicos y la estructura social de la humanidad en estos registros actualizados. Pero más crucial aún es la necesidad de revelar la naturaleza humana, mostrando la larga historia evolutiva de la vida en la Tierra, incluidos sus conflictos y desafíos.
Además, los científicos abogan por presentar a los extraterrestres no solo cómo somos actualmente, sino también nuestras aspiraciones, nuestra búsqueda por convertirnos en una civilización altamente avanzada capaz de viajar por el espacio.
En un desarrollo paralelo, el Telescopio Espacial Webb ha descubierto nuevas características en el remanente de supernova Cassiopeia A, demostrando una vez más cómo la exploración cósmica sigue revelando sorprendentes descubrimientos.
El universo aguarda, expectante, y el deseo humano de conectarse con inteligencias más allá de nuestro mundo persiste, alimentando la búsqueda continua por traducir nuestra presencia en el cosmos en un lenguaje comprensible para los eventuales espectadores del vasto escenario cósmico.