La práctica de la meditación cambia significativamente la microflora intestinal de los monjes budistas
Investigadores de la Universidad de Cambridge realizaron el primer estudio de su tipo sobre la flora bacteriana de los intestinos de los monjes budistas. Buscaban factores biológicos, evidencia de la influencia del modo de vida especial de estas personas en su salud física y psicológica. Y lo encontraron: resultó que la práctica de la meditación le permite controlar el estado del entorno bacteriano dentro del cuerpo, pero con una serie de reservas.
Al estudiar la microflora intestinal de los monjes, los científicos encontraron que dos tipos de bacterias, Prevotella y Bacteroides, prosperan especialmente en ella. Tienen un efecto directo sobre el sistema nervioso humano, ya que reducen el nivel de ansiedad y al mismo tiempo aumentan la inmunidad. De ahí la famosa calma y longevidad budistas: los organismos de los monjes, aunque no mucho, funcionan de manera diferente a otras personas.
Por desgracia, esto no puede llamarse un descubrimiento o incluso un trabajo científico, sino una nota privada. Los científicos no han podido encontrar suficientes personas que vivan en las mismas condiciones, en el mismo clima, con la misma dieta y ejercicio que los monjes, pero que no mediten. Los monjes budistas son únicos, la mayoría lleva el mismo estilo de vida durante 30 años o más, meditando durante varias horas todos los días. La presencia de propiedades especiales en sus organismos está fuera de toda duda, pero sigue siendo una pregunta abierta cuál es exactamente su causa.